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Apocalipsis 7:3 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

3 “¡No hagan daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos la frente de los siervos de nuestro Dios!”.

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Biblia Reina Valera 1960

3 diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «¡Esperen! No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que hayamos puesto el sello de Dios en la frente de sus siervos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 diciendo: ¡No dañéis la tierra ni el mar ni los árboles, hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 diciendo: 'No dañéis ni a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que no hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.

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Apocalipsis 7:3
31 Tagairtí Cros  

Si no hubiesen sido acortados aquellos días, no se salvaría nadie; pero por causa de los llamados, estos días serán más cortos.


Y enviará a sus ángeles con sonido de trompeta y reunirán a los seguidores del Mesías desde los cuatros puntos cardinales, desde un extremo del cielo hasta el otro extremo.


Si alguno me sigue, tiene que servirme, y donde esté yo, ahí también estará mi servidor; y si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.


El que acepta y vive su testimonio, confiesa que Dios es verdadero.


Pero ahora son libres del pecado, están comprometidos con Dios, y viven el beneficio de la santificación que los conducirá a la vida eterna.


La segunda bestia también obliga a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, a que les pusiese una marca en la mano derecha o en la frente;


para que nadie pueda comprar ni vender, a menos que lleve la marca que es el nombre de la bestia o el número de su nombre.


Entonces vi al Cordero de pie en el monte Sión, y junto a Él estaban ciento cuarenta y cuatro mil seguidores suyos, que tenían escritos en la frente los nombres del Cordero y de su Padre.


Un tercer ángel los siguió, diciendo con voz fuerte: “Si alguien adora a la bestia y a su imagen y recibe la marca de la bestia en la frente o en la mano,


Pues sus juicios son verdaderos y justos: ha condenado a la gran prostituta que con su inmoralidad corrompía la tierra; e hizo justicia de la sangre de sus siervos derramada por ella”.


Y vi tronos donde se sentaron los que recibieron autoridad para juzgar; vi también las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios; los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen; tampoco se habían dejado poner su marca en la frente ni en la mano. Volvieron a vivir y reinaron con Cristo mil años;


y verán su rostro y su nombre estará en sus frentes.


Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: “Un kilogramo de trigo o tres kilogramos de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino”.


Después de esto vi a cuatro ángeles en los cuatro puntos cardinales de la tierra; estaban allí de pie, deteniendo los cuatro vientos para que estos no soplaran sobre la tierra, sobre el mar y sobre los árboles.


Vi también a otro ángel que venía del oriente con la marca del Dios viviente; y gritó con fuerte voz a los otros cuatro ángeles a quienes se les había permitido hacer daño a la tierra y al mar:


se les dijo que no dañaran la hierba, ni las plantas ni los árboles, sino a la gente que no tuviera la marca de Dios en su frente.


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