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1 Pedro 2:23 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

23 Él, siendo insultado, no respondía con insultos; sufriendo, no amenazaba a nadie, sino que oraba por aquellos que lo insultaban;

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 No respondía cuando lo insultaban ni amenazaba con vengarse cuando sufría. Dejaba su causa en manos de Dios, quien siempre juzga con justicia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Insultado, no devolvía los insultos, y maltratado, no amenazaba, sino que se encomendaba a Dios que juzga justamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 quien, cuando era maldecido, no replicaba con una maldición; padeciendo, no amenazaba, sino se encomendaba al que juzga justamente:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Cuando lo insultaban, no devolvía el insulto; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba al que juzga con justicia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 Quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquél que juzga justamente:

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1 Pedro 2:23
32 Tagairtí Cros  

Nosotros en verdad merecemos este castigo, porque recibimos un juicio por lo que hicimos, en cambio, este hombre no hizo nada malo.


Entonces Jesús gritó con fuerza: – ¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu!. Dicho esto, dio su último suspiro.


Herodes interrogó intensamente a Jesús; pero Él no respondió nada.


Dios estableció un día en que va a juzgar con justicia a toda la tierra habitada, a través de un hombre que Él designó como juez, y Dios ha demostrado que esta salvación está garantizada cuando resucitó a Jesús de entre los muertos.


Pero ahora ellos nos atacan ¡Oh, Señor!, fíjate en sus amenazas, ayúdanos, a nosotros que somos tus siervos, a que seamos fuertes para anunciar con valor y determinación tu Palabra.


Mientras lo apedreaban, Esteban oraba diciendo: – Señor Jesús, recibe mi espíritu.


Saulo seguía amenazando a la iglesia y promoviendo actos de violencia y de asesinato contra los seguidores del Señor y con esta intención se presentó ante el sumo sacerdote,


Pero eres terco y no quieres cambiar, sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio.


Jefes, tengan una buena actitud con sus empleados, no los amenacen, porque tanto ellos como ustedes sirven al mismo Señor que está en los cielos y Él no hace distinción de personas.


Ustedes han salido victoriosos en el justo juicio de Dios y serán considerados como dignos del reino de Dios, ya que por causa del reino están sufriendo.


Por la predicación del Evangelio he sufrido muchas persecuciones, pero no me arrepiento ni tampoco me avergüenzo, porque estoy seguro en quien he creído y estoy convencido de que Él es poderoso. Además, tengo acumulada una riqueza de salvación para el día final.


Por eso, se me dará la corona de justicia, que es la suprema recompensa, que el Señor me otorgará en aquel día, Él es un juez justo y por eso no me la dará solamente a mí, sino que también la recibirán todos los que han perseverado en la fe y han creído en su revelación.


Si alguna vez se sienten sin fuerzas, cansados y desanimados en sus caminos de fe, piensen en el ejemplo de Jesús, quien soportó con resiliencia el maltrato contra Él mismo de parte de los pecadores.


No devolviendo mal por mal, o maldición por maldición, sino practicando lo contrario, que produzcan bendición entre ustedes, ya que estas son actitudes y palabras que significan transformación para el bien, pues ustedes fueron llamados por Dios para que hereden y transmitan bendiciones.


Los que sufren por hacer la voluntad de Dios, encomienden al fiel Creador sus almas por haber hecho el bien.


Y vi el cielo que había sido abierto y apareció un caballo blanco; su jinete se llama Fiel y Verdadero; porque juzga y pelea con justicia.


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