Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Mateo 8:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Jesús, extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: ―Quiero. ¡Ya estás curado! E instantáneamente la lepra desapareció.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: 'Quiero, queda limpio. Al momento quedó limpio de la lepra.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y extendiendo la mano lo tocó diciendo: Quiero, sé limpio. Y al instante fue limpiada su lepra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: 'Quiero, queda limpio'. E inmediatamente quedó limpio de su lepra.

Féach an chaibidil Cóip




Mateo 8:3
19 Tagairtí Cros  

Entonces Dios dijo: «¡Que aparezca la luz!». Y apareció la luz.


Pero Naamán se enojó, y se fue. «¿Qué les parece? —dijo—. Yo pensaba que, por lo menos, el profeta saldría y me hablaría. Pensé que levantaría la mano sobre la lepra, invocaría el nombre del Señor su Dios, y me sanaría.


Entonces Naamán fue al río Jordán, se sumergió siete veces, como el profeta le había dicho, y su carne quedó tan sana como la de un niño.


Porque bastó que hablara, y surgió el mundo. ¡A su mandato, apareció!


―Hazlo otra vez —le dijo Dios. Cuando Moisés metió la mano y la volvió a sacar, estaba normal, completamente sana.


Entonces le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Y al extenderla le quedó tan normal como la otra.


Jesús, compadecido, lo tocó y le dijo: ―Quiero; queda curado.


Jesús se levantó, reprendió a los vientos y dijo a las olas: ―¡Silencio! ¡Cálmense! Los vientos cesaron y todo quedó en calma,


La tomó de la mano y le dijo: ―Talita cum (que significa: Levántate, niña).


Luego, mirando al cielo, suspiró y ordenó: «¡Efatá!» (que quiere decir: ¡Ábrete!)


Cuando Jesús vio que el gentío se agolpaba, reprendió al espíritu impuro con estas palabras: ―Espíritu mudo y sordo, te ordeno que salgas de este muchacho y que no entres más en él.


Y en tiempos del profeta Eliseo había en Israel muchos enfermos de lepra, pero Eliseo no sanó a ninguno de ellos sino sanó a Naamán, que era de Siria.


Jesús extendió la mano, tocó al hombre y le dijo: ―Sí quiero. ¡Queda sano! Y en ese momento se le quitó la lepra.


Se acercó luego y tocó la camilla. Los que la llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: ―¡Joven, te ordeno que te levantes!


Después de decir esto, gritó con todas sus fuerzas: ―¡Lázaro, sal de ahí!


Ellos no serían culpables de pecado, si yo no hubiera hecho entre ellos las cosas que ningún otro ha hecho. Pero ya las han visto, y a pesar de eso, me odian a mí y a mi Padre.


Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, de la misma manera también el Hijo le da vida a quien él quiere.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí