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Cantares 4:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

16 Ven, viento del norte; despierta; ven, viento del sur, sopla sobre mi huerto y llévale a mi amado su dulce perfume. Que venga él a su huerto y coma su fruto más exquisito.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

16 Levántate, Aquilón, y ven, Austro; Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 ¡Despierta, viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Soplen, vientos del norte y del desierto, soplen en mi huerto para que se expandan sus aromas, y así entre mi amado en su huerto y coma de sus exquisitos frutos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 ¡Despierta, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro, y sopla sobre mi huerto para que se esparzan sus aromas! Ella ¡Venga mi amado a su huerto Y coma sus preciados frutos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Levántate, aquilón; avanza, austro, soplad en mi jardín, que corran sus perfumes.

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Cantares 4:16
30 Tagairtí Cros  

Mi amado es bolsita de mirra entre mis pechos.


¡Llévame contigo; vámonos corriendo! ¡Qué felices seremos! Tu amor es mejor que el vino. ¡Con razón te aman todas las doncellas!


Mi amado es un manzano, el mejor del huerto en comparación con cualquier otro joven. Me he sentado en su anhelada sombra y su fruto es delicioso para comer.


¡Ya oigo a mi amado! Viene, saltando por los montes, brincando por las colinas.


Aquí estoy en mi huerto, amada mía, novia mía. Reúno la mirra con las especias mías y como mi panal con la miel. Bebo mi vino con mi leche. ¡Oh, amado y amada, coman y beban! ¡Sí, beban hasta saciarse!


Mi amado ha bajado a su huerto, a sus lechos de especias, a apacentar su rebaño y a recoger lirios.


Pero en cuanto a mi viña, tú, Salomón, quédate con las mil piezas de plata y yo les daré doscientas a los que la cuidan.


El pueblo de Israel continuó su oración: ¡Oh, que surgieras de los cielos y descendieras a la tierra! ¡Cómo se estremecerían los montes en tu presencia!


Entonces me dijo el Señor que llamara al aliento de vida, el Espíritu, y le dijera: «El Señor Dios dice: “¡Ven de los cuatro vientos, oh Espíritu, y sopla sobre estos cuerpos muertos, para que puedan volver a respirar y vivir!


Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: ―¿Por qué la critican? Lo que hizo está muy bien hecho.


Ella me ha bañado en perfume para prepararme para la sepultura.


El viento sopla por donde quiere y oyes el ruido que produce, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Eso mismo pasa con todos los que nacen del Espíritu.


Jesús le dijo: ―Levántate, recoge tu camilla y anda.


Después de esta oración, el edificio donde estaban reunidos se estremeció y quedaron llenos del Espíritu Santo, y se entregaron a predicar con arrojo el mensaje de Dios.


para ser servidor de Cristo para bien de los gentiles. Mi deber sacerdotal es llevarles el evangelio de Dios, a fin de presentar a los gentiles ante Dios como una ofrenda que a él le agrada, porque el Espíritu Santo la ha purificado.


Tan pronto como les entregue el dinero, llegaré a verlos a ustedes de paso a España.


también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan.


Más bien, crezcan en el amor y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea dada la gloria ahora y hasta la eternidad! Amén.


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