Cantares 4 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 ¡Qué bella eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, a través de tu velo. Tus cabellos, como un hato de cabras ondulando en el monte Galaad. 2 Tus dientes, como rebaño de ovejas esquiladas cuando salen del baño: todas llevan mellizos, sin cría no hay ninguna. 3 Tus labios, como cinta de escarlata y tu boca graciosa. Tus mejillas, como mitades de granada a través de tu velo. 4 Tu garganta, la torre de David, construida para trofeos: mil broqueles cuelgan de ella; todos, escudos de valientes. 5 Tus dos pechos, cervatillos mellizos de la cierva paciendo entre azucenas. 6 Hasta que expire el día y las sombras se alarguen me iré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso. 7 Eres toda hermosa, amada mía, no hay defecto en ti. 8 Ven del Líbano, novia mía, ven del Líbano, llega: vuelve desde las cumbres del Amaná, desde las cimas del Senir y del Hermón, de las guaridas de leones, de las montañas de panteras. 9 Me has raptado el corazón, hermana, novia mía me has raptado el corazón con una de tus miradas, con una sarta del collar. 10 ¡Qué exquisitos tus amores, hermana y novia mía! Tus amores son más sabrosos que el vino; el olor de tus perfumes, más que todos los bálsamos. 11 Miel destilan tus labios, oh novia mía, miel y leche debajo de tu lengua, y el olor de tus vestidos como aroma del Líbano. 12 Eres huerto cerrado, hermana, esposa mía, un venero cerrado y una fuente sellada. 13 Tus retoños, un huerto de granados con frutos exquisitos de alheña y de nardos, 14 de nardo y de azafrán, canela y cinamomo, con los árboles todos del incienso, de la mirra y de áloe, y las especies mejores de los bálsamos. 15 Eres fuente del jardín, manantial de aguas vivas que fluyen del Líbano. 16 Levántate, aquilón; avanza, austro, soplad en mi jardín, que corran sus perfumes. |
Copyright © Serafín de Ausejo 1975.