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2 Reyes 6:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Inmediatamente Eliseo advirtió al rey de Israel: «No vayan a tal lugar (y nombró el mismo lugar), porque los sirios están poniendo emboscadas contra ustedes allí».

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Biblia Reina Valera 1960

9 Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Sin embargo, de inmediato Eliseo, hombre de Dios, le advertía al rey de Israel: «No te acerques a ese lugar, porque allí los arameos piensan movilizar sus tropas».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pero el hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: 'No pases por ese lugar, porque ahí van a bajar los arameos'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Entonces el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Cuídate de pasar por tal lugar, porque por allí van a bajar los sirios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 El varón de Dios envió a decir al rey de Israel: 'Guárdate de pasar por tal sitio, porque los arameos están bajando allí'.

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2 Reyes 6:9
15 Tagairtí Cros  

Entonces vino un profeta a ver al rey Acab, y le dio este mensaje de parte del Señor: ―¿Ves a todos estos enemigos? Hoy los entregaré en tus manos, así no te quedará ninguna duda de que yo soy el Señor.


Entonces un profeta se presentó ante el rey de Israel con este mensaje de parte del Señor: «Por cuanto los sirios han dicho: “El Señor es un Dios de las montañas y no de las llanuras”, yo te entregaré a todo este pueblo, y ustedes sabrán, sin duda alguna, de que yo soy el Señor».


Un día la esposa de uno de los miembros de la escuela de profetas le contó a Eliseo que su esposo había muerto. Era un hombre que amaba a Dios, según dijo ella. Pero al morir debía algún dinero, y el acreedor le estaba exigiendo su pago. Si ella no pagaba, la amenazó con llevarse a sus dos hijos como esclavos.


Pero cuando llegó ante Eliseo, se arrojó al suelo delante de él y se abrazó a sus pies. Guiezi se acercó para apartarla, pero el profeta le dijo: ―Déjala. Es que tiene un gran pesar, y el Señor no me ha revelado de qué se trata.


Cuando le contó al profeta lo que había ocurrido, él le dijo: ―Ve y vende el aceite. Con lo que te den por la venta, podrás pagar la deuda, y te quedará dinero suficiente para que tú y tus hijos sigan viviendo.


El rey entonces envió a algunos espías para ver si Eliseo tenía razón. Se confirmó el hecho, y así se salvaron de un desastre. Esto ocurrió repetidas veces.


―Ninguno de nosotros —contestó uno de los oficiales—. Es el profeta Eliseo el que le dice al rey de Israel las mismas palabras que tú hablas en lo más privado de tu habitación.


Una vez en que el rey de Siria estaba en guerra con Israel, les dijo a sus oficiales: «Movilizaremos nuestras tropas a tal lugar» (y dijo el nombre de un lugar).


Desbarata las intrigas de los astutos.


Desbarata los planes de todas las naciones, y frustra todos sus proyectos.


El Señor vigila cuidadosamente al sabio, pero desbarata las palabras del mentiroso.


Lo sé porque el Señor me contó los planes de ellos y me mostró sus intrigas.


¡Claro que no pasa nada al azar! Dios, el Señor, antes de hacer algo, primero se lo comunica a sus siervos los profetas, para que estos a su vez le adviertan a su pueblo.


Esta es la revelación que Dios le dio a Jesucristo para que él le muestre a sus servidores los acontecimientos que ocurrirán pronto. Jesucristo se los reveló por medio de un ángel a su siervo Juan.


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