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1 Corintios 10:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

18 Y el pueblo judío, que come de los sacrificios, ¿no entra en comunión con el altar?

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Biblia Reina Valera 1960

18 Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Piensen en el pueblo de Israel. ¿No estaban unidos al comer de los sacrificios del altar?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Fíjense en los israelitas: para ellos comer de las víctimas es entrar en comunión con su altar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Mirad a Israel según la carne. ¿No son partícipes° del altar los que comen los sacrificios?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Mirad al Israel histórico: los que comen de los sacrificios, ¿no están en comunión con el altar?

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1 Corintios 10:18
18 Tagairtí Cros  

Todo varón de entre los sacerdotes podrá comer la víctima, y deberá hacerlo en un lugar limpio, porque es un sacrificio santísimo.


»La misma orden se aplica a la ofrenda por el pecado y a la ofrenda por la culpa: El animal sacrificado pertenece al sacerdote que está a cargo de presentar el sacrificio, y comerá de él.


Son buenas noticias acerca de su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. En su calidad de hombre era descendiente de la familia de David,


¿Entonces, qué podemos decir con respecto a Abraham, nuestro antepasado como pueblo judío?


Abraham, por supuesto, es también padre de quienes, además de estar circuncidados, siguen el ejemplo de la fe que tuvo cuando aún no se había circuncidado.


Dios dijo a los que servían en el templo que podían tomar de los alimentos que se ofrecían en el templo; y a los que trabajaban en el altar, que participaran de lo que se presentaba en el altar.


Que la misericordia y la paz de Dios reposen sobre los que viven de acuerdo con esta norma y sobre el Israel de Dios.


»Sin embargo, no podrás comer en tu casa las ofrendas ni el diezmo de tus cosechas de grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus rebaños o de tus vacas, ni ninguna cosa que hayas dedicado al Señor; ni tus ofrendas voluntarias, ni las ofrendas que haya de presentarse al Señor meciéndolas delante de su altar.


Los que ofician en el santuario no tienen derecho a comer del altar que nosotros tenemos.


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