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2 Timoteo 2:12 - Biblia Version Moderna (1929)

12 si sufrimos, también reinaremos con él: si le negáremos a él, él también nos negará a nosotros;

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Biblia Reina Valera 1960

12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Si soportamos privaciones, reinaremos con él. Si lo negamos, él nos negará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Si sufrimos pacientemente con él, también reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Si perseveramos, también reinaremos con Él; Si lo negamos, Él también nos negará;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 si resistimos, también con él reinaremos; si le negamos, también él nos negará;

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2 Timoteo 2:12
29 Tagairtí Cros  

no sea que me sacie del bien, y reniegue de ti, y diga: ¿Quién es Jehová? o no sea que empobrezca, y hurte, y use profanamente el nombre de mi Dios!


Pero a cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos.


Dícele Pedro:  Aun cuando me sea necesario morir contigo, de ninguna manera te negaré.  Y todos los discípulos dijeron lo mismo.


Y acordóse Pedro de la palabra que Jesús había dicho:  Antes del canto del gallo, me negarás tres veces.  Y saliendo fuera, lloró amargamente.


diciendo: He aquí, subimos a Jerusalem, y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los escribas; y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles;


Porque aquel que se avergonzare de mí y de mis palabras, en esta generación adúltera y pecadora, de él también el Hijo del hombre se avergonzará, cuando venga en la gloria de su Padre, con sus santos ángeles.


Mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.


y yo os señalo un reino, así como el Padre me lo ha señalado a mí;


para que comáis y bebáis a mi mesa, en mi reino, y os sentéis sobre tronos, juzgando las doce tribus de Israel.


Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste, el Hijo del hombre se avergonzará, cuando viniere en su propia gloria, y la del Padre y de los santos ángeles.


confirmando las almas de los discípulos, y exhortándolos a que permaneciesen firmes en la fe, y enseñándoles que es necesario que por medio de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.


Porque si por la transgresión del uno, la muerte reinó por medio del uno, mucho más, los que han recibido la abundancia de la gracia y del don de la justicia, reinarán en vida por medio del otro, Jesucristo.


y si hijos, luego herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es así que sufrimos con él, para que también seamos glorificados con él.


y en nada aterrados por vuestros adversarios; lo cual es para ellos evidente señal de perdición, mas señal de vuestra salvación, y eso de parte de Dios.


Empero si alguno no provee a la necesidad de los suyos, y especialmente de los de su propia casa, ha renegado de la fe, y es peor que el incrédulo.


Porque se han entrado disimuladamente ciertos hombres impíos (hombres que desde antiguó fueron señalados para esta condenación), los cuales tornan en lascivia la gracia de nuestro Dios, y reniegan de nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.


y nos ha constituído reyes y sacerdotes para el Dios y Padre suyo, a él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.


¶Yo Juan, vuestro hermano, y participante con vosotros en la tribulación, y en el reino y la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


Yo conozco tus obras, y donde tú habitas, es a saber, donde está el trono de Satanás: y sin embargo tú mantienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas, mi fiel testigo, fué muerto entre vosotros, donde Satanás habita.


¶Y ví tronos; y se sentaron sobre ellos; y les fué dada facultad de juicio: y ví las almas de los que habían sido degollados a causa del testimonio de Jesús, y a causa de la palabra de Dios, y cuantos no habían adorado a la bestia, ni a su imagen, y no habían recibido la marca en sus frentes ni sobre su mano; y vivieron, y reinaron con Cristo mil años.


¡Dichoso y santo es el que tiene parte en la resurrección primera! sobre los tales la segunda muerte no tiene poder; sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con éste mil años.


Por cuanto has guardado mi precepto de paciencia, yo también te guardaré de la hora de prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los que habitan sobre la tierra.


Al que venciere, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo también vencí, y me senté con mi Padre en su trono.


Yo conozco tus obras:  he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie podrá cerrar; porque tienes un poco de poder, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.


y los has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes; y reinarán sobre la tierra!


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