Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Salmos 7:3 - Biblia Martin Nieto

3 no sea que, como leones, me desgarren, me despedacen sin que haya quien me libre.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

3 Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad;

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Oh Señor mi Dios, si he hecho mal o soy culpable de injusticia,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Señor Dios mío, si he actuado mal, si ha manchado mis manos la maldad,

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Oh, YHVH Dios mío, si he hecho esto: Si hubo iniquidad en mis manos,

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 No desgarren mi vida, cual león: destroza y no hay quien salve.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 7:3
14 Tagairtí Cros  

si apartas el mal que hay en tus manos y no albergas en tu tienda la injusticia,


No te quedes lejos, que el peligro está encima y nadie me socorre.


Mas tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo en mi auxilio,


líbrame de los malhechores, sálvame de los asesinos.


Si hubiera alguna culpa en mi conciencia, el Señor no me habría escuchado;


'El Señor, Dios de los dioses, él lo sabe, y que lo sepa Israel: si ha sido por rebelión o por infidelidad al Señor, que no nos salve hoy;


Anda, sé bueno conmigo, ya que hicimos un pacto ante el Señor. Si en mí hay culpa alguna, mátame tú mismo; ¿para qué llevarme hasta tu padre?'.


Saúl le dijo: '¿Por qué conspiráis contra mí, tú y el hijo de Jesé? Tú le diste pan y una espada y consultaste por él al Señor para que se levantase contra mí, como hoy lo hace'.


Todos conspiráis contra mí, pues nadie me ha dicho que mi hijo ha hecho un pacto con el hijo de Jesé; ninguno de vosotros tiene compasión de mí y ninguno me informa de que mi hijo ha levantado a mi siervo contra mí para tenderme asechanzas, como hoy lo hace'.


Hoy mismo has visto con tus propios ojos cómo el Señor te puso en mis manos en la cueva, y no he querido matarte. Te he perdonado, diciéndome: No pondré mi mano sobre mi señor, porque es el ungido del Señor.


David se levantó y salió de la cueva tras él, gritando: '¡Oh rey, mi señor!'. Saúl miró para atrás, y David se inclinó en tierra y se prosternó.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí