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Proverbios 8:34 - Biblia Martin Nieto

34 dichoso el hombre que me escucha velando a mis puertas día tras día, vigilando a la entrada de mi casa.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 ¡Alegres son los que me escuchan, y están atentos a mis puertas día tras día, y me esperan afuera de mi casa!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Feliz el que me escucha, que aguarda cada día junto a mi puerta y permanece a la espera, en el umbral.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 ¡Cuán bienaventurado es el hombre que me escucha, Vigilando en mis portones cada día, Aguardando en el umbral de mis entradas!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Feliz el hombre que me escucha vigilando a mis puertas cada día, guardando los dinteles de mi entrada;

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Proverbios 8:34
17 Tagairtí Cros  

¡Dichosas tus gentes! ¡Dichosos tus servidores, que están siempre junto a ti y escuchan tu sabiduría!


Una cosa pido al Señor, sólo eso busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.


oh Dios, contempla nuestro escudo, fíjate en el rostro de tu ungido.


El justo florecerá como palmera, crecerá como cedro del Líbano;


Con un poco de la sangre se untarán las jambas y el dintel de las casas en que se ha de comer.


Desde lo alto de los muros llama, a la entrada de las puertas de la ciudad pronuncia sus discursos:


Bienaventurado el hombre que ha encontrado la sabiduría, el hombre que ha adquirido la inteligencia;


Es un árbol de vida para los que la abrazan, y los que la poseen son bienaventurados.


El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca.


Ambos eran justos ante Dios, pues guardaban irreprochablemente todos los mandamientos y preceptos del Señor.


Marta tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.


Pero él le dijo: 'Dichosos más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica'.


Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en partir el pan y en las oraciones.


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