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Oseas 8:13 - Biblia Martin Nieto

13 Aman los sacrificios; ¡pues que los ofrezcan! Aman la carne; ¡que la coman! El Señor no se complace en ellos; ahora recordará su iniquidad, castigará su pecado y ellos volverán a Egipto.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

13 En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y comieron; no los quiso Jehová; ahora se acordará de su iniquidad, y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Al pueblo le encanta ofrecerme sacrificios, y se deleitan con la carne, pero no acepto sus sacrificios. Yo haré responsable a mi pueblo de sus pecados y lo castigaré; ellos volverán a Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¿Acaso quieren ofrecer sacrificios? ¡Que los ofrezcan, pues, y que se coman la carne! Pero Yavé no se siente agradecido por ellos, pues se está acordando de su falta; va a castigar sus pecados y los va a mandar nuevamente a Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Aunque inmolen víctimas en mi honor, Y coman la carne, YHVH no las aceptará. Tiene presente su iniquidad y castigará sus pecados. Tendrán que volver a Egipto.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Aunque inmolen sacrificios sangrientos, sacrifican carne y se la coman, Yahveh no se complace en ellos. Recordará su iniquidad y castigará sus pecados. Tendrán que volver a Egipto.

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Oseas 8:13
30 Tagairtí Cros  

No tendrás otro Dios fuera de mí.


Ahora anda, conduce al pueblo al lugar que te he ordenado. Mi ángel irá delante de ti. Pero en el día de mi visita los castigaré por su pecado'.


El sacrificio del injusto es un sacrilegio, pues lo ofrece con malas intenciones.


¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? -dice el Señor-. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasas de becerros; la sangre de novillos, de corderos y de machos cabríos me hastía.


Esto dice el Señor a este pueblo: '¡Cómo les gusta correr de acá para allá; no dan descanso a sus pies! Pero no agradan al Señor. Se acuerda todavía de su iniquidad y castiga sus pecados'.


¿Qué me importa el incienso traído de Sabá y la caña aromática que viene de lejano país? Vuestros holocaustos no me agradan, ni vuestros sacrificios me complacen.


No volverán a ser la esperanza de la casa de Israel, sino que recordarán más bien sus iniquidades cuando se iba detrás de ellos. Y sabrán que yo soy el Señor Dios'.


Se volverán a Egipto, pero asirio será su rey porque no han querido convertirse.


He hablado a los profetas, he multiplicado las visiones, y por medio de los profetas he hablado en parábolas.


Pero tanto al pueblo como al sacerdote les haré rendir cuentas de su conducta y pagarán según sus obras.


Con sus ovejas y sus vacas van en busca del Señor, mas no lo encuentran: se aparta de ellos.


Porque yo quiero amor, no sacrificios; conocimiento de Dios, y no holocaustos.


Efraín es como una ingenua paloma falta de inteligencia; llaman a Egipto, acuden a Asiria.


Se han vuelto a Baal, se han hecho como un arco engañoso. A espada sus príncipes caerán por la ira de su lengua, y en Egipto se hará burla de ellos.


No piensan en su corazón que yo llevo cuenta de todas sus maldades. Ahora les acorralan sus obras, ante mi rostro están presentes.


Han escapado de la destrucción: Egipto los recogerá, Menfis los sepultará, sus tesoros de plata se llenarán de ortigas y en sus tiendas crecerán los cardos.


Ha llegado la hora del castigo, ha llegado la hora de la paga merecida; que lo sea Israel: el profeta es un necio, un loco el hombre inspirado, por tu gran crimen, por tu gran rebelión.


Están profundamente corrompidos, como en los días de Guibeá; pero el Señor recordará su crimen y castigará sus pecados.


Sólo a vosotros escogí entre todas las familias de la tierra; por eso os pediré cuentas de todas vuestras iniquidades.


Si me ofrecéis holocaustos y ofrendas, no los aceptaré; no me digno mirar el sacrificio de vuestros novillos cebados.


El Señor lo ha jurado por el orgullo de Jacob: Jamás me olvidaré de ninguna de vuestras obras.


Pues nada hay tan oculto que no se llegue a descubrir, y nada tan secreto que no se llegue a saber.


Cuando os reunís en común, ya no es eso comer la cena del Señor.


Porque el que come y bebe sin considerar que se trata del cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación.


Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.


El Señor te llevará de nuevo a Egipto por el camino del que yo te había dicho: No lo volverás a ver más. Allí os ofreceréis a vuestros enemigos en venta como esclavos y no encontraréis comprador.


La gran ciudad se despedazó en tres partes, y las ciudades de las naciones se hundieron. Y Dios se acordó de Babilonia la grande, para darle el cáliz del vino de su ardiente ira.


Samuel respondió: '¿Se complace tanto el Señor en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia a sus palabras? La obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad más que las grasas de los carneros.


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