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Nehemías 4:8 - Biblia Martin Nieto

8 Lo inspeccioné todo, me puse en pie y dije a los nobles, a los prefectos y al resto del pueblo: '¡No les tengáis miedo. Pensad en el Señor, grande y terrible, y luchad por vuestros hermanos, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestras mujeres y vuestras casas!'.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

8 y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Todos hicieron planes para venir y luchar contra Jerusalén y causar confusión entre nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Como viera que tenían miedo, fui a decir a los jefes, a los funcionarios y a todo el pueblo: '¡No tengan miedo! Piensen que el Señor que es grande y terrible, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus hijas, sus mujeres y sus casas'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 y todos a una se confabularon para venir a atacar Jerusalem y causarle daño.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Hice un reconocimiento y dije a los principales, a los consejeros y al resto del pueblo: '¡No los temáis! Acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y vuestras hijas, por vuestras mujeres y vuestras casas'.

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Nehemías 4:8
11 Tagairtí Cros  

¡Ánimo!, luchemos valientemente por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios. Que el Señor haga lo que bien le parezca'.


'Sed fuertes, tened valor. No tengáis miedo ante el rey de Asiria y ante esa horda que le acompaña, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él.


Y exclamé: '¡Ah Señor, Dios del cielo, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y la fidelidad con los que te aman y observan tus mandamientos!


Entonces yo emplacé al pueblo en las zonas más bajas, por detrás de la muralla, en los puntos descubiertos, dividiéndolos por familias, cada uno con sus espadas, sus lanzas y sus arcos.


Pues he escuchado la calumnia de la gente: '¡Terror por todas partes! ¡Anunciadlo, anunciémoslo!'. Todos los que eran mis amigos me espiaban a ver si daba un paso en falso: '¡Quizás se deje seducir; nosotros lo venceremos y nos vengaremos de él!'.


Sábelo, pues, y entiéndelo bien: Desde que se dio la orden de restaurar Jerusalén hasta que surja un príncipe ungido, habrá siete semanas. Durante sesenta y dos semanas, plaza y muros serán restaurados en medio de la angustia de los tiempos.


Yo os dije: No os asustéis ni les tengáis miedo.


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