Nehemías 4 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Cuando Sanbalat y Tobías, los árabes, los amonitas y los de Asdod supieron que progresaba la restauración de las murallas de Jerusalén, y que habían empezado a cerrarse las brechas, se irritaron sobremanera, 2 y todos a una se conjuraron para lanzar un ataque contra Jerusalén y causarle la ruina. 3 Entonces oramos a nuestro Dios y establecimos una guardia contra ellos día y noche para defendernos de ellos. 4 Decía Judá: 'Flaquean ya las fuerzas de los cargadores y los escombros son muchos. No vamos a poder reconstruir la muralla'. 5 Y nuestros enemigos decían: 'No se van a enterar ni van a ver nada hasta que estemos encima de ellos. Los mataremos y pondremos fin a la obra'. 6 Cuando los judíos que vivían entre ellos vinieron a advertirnos diez veces: 'De todos los lugares en que habitan vienen contra nosotros', 7 yo aposté a la gente por familias en las partes bajas de detrás de la muralla, en lugares descubiertos, y la coloqué con sus espadas, lanzas y arcos. 8 Hice un reconocimiento y dije a los principales, a los consejeros y al resto del pueblo: '¡No los temáis! Acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y vuestras hijas, por vuestras mujeres y vuestras casas'. 9 Cuando nuestros enemigos supieron que estábamos apercibidos y que Dios había desbaratado sus planes, todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo. 10 Y desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaba en la obra, mientras la otra mitad estaba sobre las armas con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban con toda la casa de Judá, 11 que reconstruía la muralla. También los cargadores iban armados, de forma que con una mano hacían el trabajo y con la otra sujetaban el arma. 12 También los constructores tenían cada uno su espada a la cintura mientras trabajaban. Y tenía siempre a mi lado al corneta. 13 Dije a los principales, a los consejeros y al resto del pueblo: 'La obra es grande y extensa, y nosotros estamos esparcidos por la muralla, alejados unos de otros. 14 Así, pues, dondequiera que oigáis el sonido de la corneta, corred a reuniros allí con nosotros; y nuestro Dios peleará por nosotros'. 15 Y así continuamos la obra -mientras la mitad empuñaban las lanzas- desde el clarear del alba hasta la salida de las estrellas. 16 En aquella ocasión dije también al pueblo: 'Que cada uno, con sus criados, pernocte dentro de Jerusalén, y así haremos la guardia de noche y trabajaremos de día'. 17 Ni yo, ni mis hermanos, ni mis criados, ni los hombres de guardia que me seguían nos quitábamos los vestidos, y cada cual tenía su arma al alcance de la mano. |
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