Mateo 26:49 - Biblia Martin Nieto

⁴⁹ Se acercó a Jesús y le saludó: '¡Hola, maestro!', y lo besó.

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Biblia Reina Valera 1960

⁴⁹ Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴⁹ Entonces Judas fue directamente a Jesús. —¡Saludos, Rabí! —exclamó y le dio el beso.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴⁹ Se fue directamente donde Jesús y le dijo: 'Buenas noches, Maestro. Y le dio un beso.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴⁹ Y enseguida, acercándose a Jesús, dijo: ¡Salve, Rabbí! Y lo besó aparatosamente.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴⁹ Y en seguida, acercándose a Jesús, le dijo: '¡Salve, Rabbí! '. Y lo besó.

Mateo 26:49 Tagairtí Cros

Génesis 27:26

Después Isaac, su padre, le dijo: 'Ahora acércate y bésame, hijo mío'.

2 Samuel 20:9

Joab preguntó a Amasá: '¿Estás bien, hermano mío?'. Y con la mano derecha le agarró de la barba, como para besarle.

Proverbios 27:6

Los golpes de un amigo son leales, los besos de un enemigo son falsos.

Mateo 23:7

ser saludados en las plazas y que los llamen ¡maestros!

Mateo 23:8

Pero vosotros no os dejéis llamar maestro, porque uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

Mateo 26:25

Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: '¿Soy yo acaso, maestro?'. Jesús le respondió: 'Tú lo has dicho'.

Mateo 26:48

El traidor les había dado esta señal: 'Al que yo bese, ése es; prendedle'.

Marcos 15:18

y comenzaron a saludarlo: 'Viva el rey de los judíos'.

Lucas 7:45

Tú no me diste el beso; pero ella, desde que entró, no ha cesado de besar mis pies.

Juan 19:3

se acercaban a él y le decían: '¡Viva el rey de los judíos!'. Y le daban bofetadas.

Juan 4:31

Entretanto, sus discípulos le insistían: 'Maestro, come'.

1 Tesalonicenses 5:26

Saludad a todos los hermanos con el abrazo de la paz.

1 Samuel 10:1

Entonces Samuel tomó la redoma del aceite, la derramó sobre su cabeza, le besó y dijo: '¿No es el Señor quien te ha ungido como jefe de su pueblo, Israel? Tú regirás al pueblo del Señor y lo librarás de los enemigos que le rodean. Ésta es la señal de que el Señor te ha ungido como jefe de su heredad: