Mateo 15:10 - Biblia Martin Nieto

¹⁰ Llamó a la gente y les dijo: 'Oíd y entended:

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁰ Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended:

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁰ Luego Jesús llamó a la multitud para que se acercara y oyera. «Escuchen —les dijo—, y traten de entender.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁰ Luego Jesús mandó acercarse a la gente y les dijo: 'Escuchen y entiendan:'

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁰ Y llamando a la muchedumbre, les dijo: Oíd y entended:

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁰ Y llamando junto a sí al pueblo, les dijo: 'Oíd y entended:

Mateo 15:10 Tagairtí Cros

1 Reyes 22:28

Miqueas repuso: 'Si vuelves sano y salvo, el Señor no ha hablado por mi boca'.

Isaías 55:3

Prestad oído y venid a mí; escuchad y vivirá vuestra alma. Haré con vosotros un pacto eterno, según la fiel promesa que hice a David.

Isaías 6:9

Y respondí: Aquí estoy yo, mándame a mí. Él me dijo: Vete y dile a este pueblo: Escuchad bien, pero sin comprender; mirad, pero sin ver.

Mateo 13:19

Si uno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y le arrebata lo sembrado en el corazón. Éste es lo sembrado junto al camino.

Mateo 15:11

No mancha al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de la boca; eso es lo que mancha al hombre'.

Mateo 15:9

en vano me rinde culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos.

Mateo 24:15

'Cuando veáis en el lugar santo el ídolo repugnante anunciado por el profeta Daniel (el que lea que entienda),

Lucas 24:45

Entonces les abrió la inteligencia para que entendieran las Escrituras. Y les dijo:

Efesios 1:17

para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría que os revele un conocimiento profundo de él;

Colosenses 1:9

Por esta razón nosotros, desde el día en que lo oímos, no cesamos de rogar y pedir por vosotros, para que seáis llenos del conocimiento de su voluntad con toda sabiduría e inteligencia espiritual,

Santiago 1:5

Si alguno de vosotros está falto de sabiduría, que se la pida a Dios -que a todos da con generosidad y sin echarlo en cara-, y le será concedida.