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Juan 6:39 - Biblia Martin Nieto

39 Y ésta es la voluntad del que me ha enviado, que yo no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el último día.

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Biblia Reina Valera 1960

39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Y la voluntad de Dios es que yo no pierda ni a uno solo de todos los que él me dio, sino que los resucite, en el día final.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y ésta es la voluntad del que me envió: que todo lo que me ha dado,° no pierda Yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: que nada de aquello que me ha dado se pierda, sino que yo lo resucite en el último día.

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Juan 6:39
29 Tagairtí Cros  

Suscitaré para ellos pastores que los apacentarán; no sufrirán más temor y angustia, ni se volverá a perder ninguno -dice el Señor-.


Os aseguro que el día del juicio habrá más tolerancia para Sodoma y Gomorra que para esa ciudad'.


De la misma manera, vuestro Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de esos pequeñuelos'.


No tengáis miedo, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.


El que me rechaza y no acepta mi doctrina ya tiene quien lo juzgue; la doctrina que yo he enseñado lo condenará en el último día,


Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba y los protegía con tu poder; tú me los confiaste, y ninguno se perdió, a no ser el que tenía que perderse para que se cumpliera la Escritura.


y que por el poder que tú le has dado sobre todos los hombres, él dé vida eterna a todos los que le has confiado. (


Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.


'He manifestado tu nombre a los hombres que escogiste del mundo y me los confiaste; tuyos eran, y tú me los confiaste; y ellos han guardado tu doctrina.


Yo te ruego por ellos: no te ruego por el mundo, sino por los que tú me has confiado, pues son tuyos;


Para que se cumpliera la palabra que había dicho: 'No he perdido ninguno de los que me confiaste'.


No os maravilléis de esto, pues llegará la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz


Todos los que el Padre me da vendrán a mí. Al que viene a mí no lo rechazo,


Pues es voluntad de mi Padre que todo el que vea al hijo y crea en él tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día'.


Nadie puede venir a mí si el Padre que me envió no lo trae, y yo lo resucitaré en el último día.


El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día.


Y si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu, que habita en vosotros.


Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros con su poder.


Sin embargo, el sólido fundamento de Dios se mantiene firme bajo este lema: El Señor conoce a los suyos y que se aparte de la injusticia el que pronuncia el nombre del Señor.


La oración hecha con fe salvará al enfermo, y el Señor lo restablecerá y le serán perdonados los pecados que haya cometido.


a los que el poder divino asegura mediante la fe la salvación que ha de manifestarse en los últimos tiempos.


Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los elegidos y amados de Dios Padre y conservados para Jesucristo:


Aunque alguno se levante para perseguirte y buscar tu vida, la vida de mi señor está guardada en la bolsa de la vida, junto al Señor, tu Dios; pero la vida de tus enemigos la lanzará lejos, como se lanzan las piedras con la honda.


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