Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Juan 14:17 - Biblia Martin Nieto

17 el Espíritu de la verdad, que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y está en vosotros'.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

17 el Espíritu de Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes lo conocen, porque está con ustedes y permanecerá en ustedes.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

17 El Espíritu de la Verdad, al cual el mundo no puede recibir, pues no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.°

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 el Espíritu de la verdad a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque con vosotros permanece y en vosotros estará.'

Féach an chaibidil Cóip




Juan 14:17
30 Tagairtí Cros  

El corazón conoce sus propias amarguras, y en su alegría no puede participar el extraño.


Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido.


En cuanto a mí, éste es mi pacto con ellos, dice el Señor: Mi espíritu, que reposa en ti, y mis palabras, que he puesto en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes -dice el Señor- desde ahora y por siempre.


Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que viváis según mis preceptos, observando y guardando mis leyes.


Pues no sois vosotros los que habláis, es el Espíritu de vuestro Padre el que habla en vosotros.


Yo pediré al Padre que os mande otro defensor que esté siempre con vosotros,


Jesús le contestó: 'El que me ama guardará mi doctrina, mi Padre lo amará y mi Padre y yo vendremos a él y viviremos en él.


Cuando venga el defensor, que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí.


Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa. Pues no os hablará por su cuenta, sino que os dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas venideras.


Pues es voluntad de mi Padre que todo el que vea al hijo y crea en él tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día'.


¿Qué debo hacer entonces? Debo orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; debo cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.


El hombre mundano no acepta las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él, y no puede entenderlas, ya que hay que juzgarlas espiritualmente.


¿No sabéis que sois templos de Dios, y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él;


¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habita en vosotros, y que habéis recibido de Dios? Ya no os pertenecéis a vosotros mismos.


Examinaos a vosotros mismos a ver si estáis firmes en la fe; poneos vosotros mismos a prueba. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros? A ver si es que no superáis la prueba.


¿Qué relación hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templos del Dios vivo. Como dijo Dios: Habitaré y caminaré en medio de ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


Y como prueba de que sois hijos, Dios ha enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba, Padre!


por él también vosotros estáis integrados en el edificio, para ser mediante el Espíritu morada de Dios.


y que Cristo habite en vuestros corazones por la fe, para que, arraigados y fundamentados en el amor,


a quienes Dios quiso descubrir cuál es la riqueza sublime de este secreto entre los paganos, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria,


Guarda este preciado depósito con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros.


Pero vosotros haced que la unción que habéis recibido de él permanezca en vosotros; no tenéis necesidad de que nadie os enseñe, ya que la unción, que dice la verdad y nunca la mentira, os enseña todas las cosas; permaneced unidos a Cristo, según ella os ha enseñado.


El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Por esto conocemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.


Hijos míos, vosotros sois de Dios, y lo habéis vencido. Porque el que está en vosotros es más grande que el que está en el mundo.


Pero nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha; y el que no es de Dios no nos escucha. En esto distinguimos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.


Pues tres son los que dan testimonio:


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí