Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Josué 20:4 - Biblia Martin Nieto

4 El homicida huirá a una de estas ciudades, se detendrá a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad. Éstos lo recibirán y le asignarán una casa para que viva con ellos.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

4 Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad, y expondrá sus razones en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »Al llegar a una de esas ciudades, el que causó la muerte se presentará ante los ancianos en la puerta de la ciudad y les expondrá su caso. Ellos deberán permitirle la entrada a la ciudad y darle un lugar para vivir entre sus habitantes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El que quiera refugiarse en una de esas ciudades se presentará a la entrada de la puerta de la ciudad. Allí expondrá su caso a los ancianos de la ciudad, y éstos lo acogerán entre ellos en la ciudad y le darán una casa para que viva con ellos.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

4 El que huya a alguna de esas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad y hablará sus palabras a oídos de los ancianos de aquella ciudad, y ellos lo acogerán en la ciudad y le darán lugar para que habite con ellos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Huirá, pues, el homicida a una de estas ciudades, se presentará a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos; y éstos le darán asilo en su ciudad y un lugar donde habitar con ellos.

Féach an chaibidil Cóip




Josué 20:4
8 Tagairtí Cros  

Cuando entonces salía a la puerta de la ciudad y mi asiento en la plaza colocaba,


Sus hijos se ven abandonados, sin apoyo; sin defensor, pisoteados a la puerta;


No unas mi suerte a la de los criminales, ni me hagas solidario con los asesinos,


En las puertas de la ciudad su marido es estimado, cuando se sienta con los ancianos del país.


Ebedmélec, eunuco etíope del palacio real, oyó decir que habían echado a Jeremías en la cisterna. Y en una ocasión en que el rey se encontraba en la puerta de Benjamín,


para que por estas dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos mayor ánimo los que nos refugiamos en la adhesión firme de la esperanza a la que estamos destinados;


en las que pueda refugiarse un homicida que haya matado a alguien involuntariamente y por inadvertencia, para que sirvan de refugio contra el vengador de sangre.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí