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Jonás 1:5 - Biblia Martin Nieto

5 Los marineros, aterrados, comenzaron a invocar cada uno a su dios; luego echaron al mar la carga para aligerar el peso. Jonás, mientras tanto, que había bajado al fondo de la nave, se había acostado y dormía profundamente.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Temieron los marineros, y cada cual clamaba a su dios, y echaron la carga al mar para aligerar la nave. Entre tanto, Jonás había bajado al fondo de la nave, y habiéndose acostado, dormía profundamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Los marineros se asustaron y cada uno invocaba a su dios, mientras arrojaban al mar el cargamento de la embarcación, a fin de aligerarla. Jonás, entre tanto, había bajado a la bodega de la nave y dormía profundamente.

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Jonás 1:5
22 Tagairtí Cros  

Les entregaron el novillo que eligieron, lo prepararon y se pusieron a invocar el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: '¡Oh, Baal, respóndenos!'. Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía. Y ellos continuaban danzando en torno al altar que habían hecho.


Satán respondió: 'Piel por piel, que todo cuanto tiene el hombre está dispuesto a darlo por su vida.


A su palabra se desató una tempestad que levantó unas grandes olas:


fuego y granizo, nieve y bruma, viento de tempestad que ejecuta sus órdenes,


un tiempo para buscar y un tiempo para perder; un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;


¡Reuníos y venid, acercaos todos juntos, supervivientes de las naciones! Insensatos son los que pasean un ídolo de madera y suplican a un dios que no puede salvar.


¿Dónde están los dioses que te has fabricado? ¡Levántense ellos a ver si te salvan en el tiempo de tu angustia! Porque tan numerosos como tus ciudades son tus dioses, oh Judá.


Y no claman a mí en su corazón cuando se lamentan en sus camas; se preocupan del trigo y del vino y se rebelan contra mí.


Entonces clamaron al Señor y dijeron: 'Señor, no nos hagas perecer por la vida de este hombre ni nos hagas responsables de sangre inocente, ya que tú, Señor, puedes hacer lo que quieras'.


Entonces aquellos hombres cobraron un gran respeto al Señor, le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas.


El capitán se acercó a él y le dijo: '¿Qué haces aquí durmiendo? Levántate e invoca a tu Dios; a lo mejor ese Dios se preocupa de nosotros y no pereceremos'.


Como tardara el esposo, les entró sueño a todas y se durmieron.


Volvió y los encontró dormidos, vencidos por el sueño.


Después fue a los discípulos y les dijo: '¡Dormid ahora y descansad! Ya llega la hora, y el hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.


Cuando quedaron satisfechos, aligeraron la nave echando el trigo al mar.


Ella durmió a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre, que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Entonces él comenzó a perder su fuerza hasta que la perdió por completo.


Entonces tomó consigo tres mil hombres, escogidos en todo Israel, y marchó en busca de David y de sus gentes hasta las Rocas de las Gamuzas.


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