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Jeremías 7:24 - Biblia Martin Nieto

24 Pero ellos no me escucharon, no me hicieron caso. Se fueron tras su propio capricho, tras la perversidad de su corazón; me dieron la espalda, y no la cara.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

24 Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 »Pero mi pueblo no quiso escucharme. Continuaron haciendo lo que querían, siguiendo los tercos deseos de su malvado corazón. Retrocedieron en vez de ir hacia adelante.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Pero ellos no me escucharon ni me hicieron caso, sino que siguieron la inclinación de su corazón malvado, me dieron la espalda y me volvieron la cara.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que caminaron en la dureza de su malvado corazón, según su propio consejo, y fueron hacia atrás y no hacia delante.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Pero no me escucharon ni aplicaron su oído, sino que caminaron según sus planes, según la obstinación de su corazón malvado, y en vez de avanzar retrocedieron.

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Jeremías 7:24
37 Tagairtí Cros  

Les instabas a convertirse a tu ley; pero ellos, obstinados, no obedecieron a tus mandamientos y pecaron contra tus leyes, que dan la vida a quien las pone en práctica; se encogieron de hombros, endurecieron su cabeza y no quisieron obedecer.


y yo los abandoné a su corazón endurecido para que vivieran a su antojo.


Este pueblo malvado, que no quiere escuchar mi palabra, que sigue el capricho de su duro corazón y va en pos de otros dioses para servirlos y postrarse ante ellos, quedará como ese cinturón, que ya no sirve para nada.


Pues, igual que un cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así había hecho yo que se ajustara a mí toda la casa de Israel y la casa de Judá, dice el Señor, para que fuese mi pueblo, mi honra, mi gloria y mi honor; ¡pero no me han escuchado!'.


Tú me has abandonado -dice el Señor-, me has vuelto la espalda, y yo he extendido mi mano contra ti para aniquilarte: ¡Ya estoy cansado de compadecerme!


Y porque vosotros habéis obrado peor que vuestros padres, pues cada uno de vosotros sigue el capricho de su perverso corazón sin escucharme a mí.


Ellos no escucharon ni hicieron caso, sino que endurecieron su cabeza para no escuchar ni aceptar la enseñanza.


El corazón es complejo más que toda otra cosa y perverso: ¿quién lo conoce a fondo?


pero si esa nación comete el mal que yo repruebo en lugar de escuchar mi voz, entonces yo también me arrepiento del bien que había decidido hacerle'.


Pero ellos van a decir: '¡Es inútil, nosotros seguiremos nuestros caprichos y obraremos cada cual según la dureza de nuestro perverso corazón!'.


que dicen al leño: 'Tú eres mi padre', y a la piedra: 'Tú me has engendrado'. Ellos me dan la espalda y no la cara, mas cuando llega la desgracia gritan: '¡Levántate, sálvanos!'.


Te hablé en la hora de tu prosperidad. Tú dijiste: '¡No quiero escuchar!'. Ése ha sido tu camino desde tu juventud: no escuchar mi voz.


Dicen a quienes desprecian la palabra del Señor: '¡Tendréis paz!', y a todos los que siguen el capricho de su corazón: '¡No os sobrevendrá ningún mal!'.


Tan sólo reconoce tu iniquidad: Te has rebelado contra el Señor, tu Dios, has ido a todas partes en pos de extraños y no has escuchado mi voz, dice el Señor.


Entonces se llamará a Jerusalén 'el trono del Señor'; a ella acudirán, en el nombre del Señor, todas las naciones y no seguirán más la obstinación de su propio corazón perverso.


Ellos entraron y tomaron posesión de ella; pero luego no escucharon tu voz ni caminaron según tu ley; no hicieron nada de cuanto les habías ordenado, y por eso has traído contra ellos toda esta desventura.


La espalda me han dado, y no la cara; y mientras yo trataba de instruirlos y educarlos con constancia y sin cesar, no han querido escuchar ni aceptar la lección.


Os he mandado repetidamente, sin cansarme, a mis siervos los profetas para avisaros: Convertíos cada uno de su perverso camino, enmendad vuestra conducta, no vayáis tras dioses extraños, no los adoréis, y de esta forma podréis vivir en la tierra que yo os di a vosotros y a vuestros padres. Pero no habéis obedecido ni me habéis hecho caso.


Esto dice el Señor: 'Apostaos en las sendas de antaño, informaos de los caminos antiguos. Ése es el buen camino; seguidlo y hallaréis descanso para vuestras almas'. Pero ellos han dicho: '¡No lo seguiremos!'.


Pero no me escucharon ni me hicieron caso. Endurecieron su cabeza y se portaron peor que sus padres.


¿Por qué este pueblo se rebela tercamente? Se aferran al engaño y no quieren arrepentirse.


Por eso, esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: 'Yo daré de comer a este pueblo ajenjo y les haré beber agua envenenada.


Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no caminaron según mis preceptos, despreciaron mis leyes que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados, por lo cual decidí derramar sobre ellos mi furor en el desierto y exterminarlos.


porque habían despreciado mis preceptos, no habían observado mis sábados y su corazón se había ido en pos de sus ídolos.


Pero también los hijos se rebelaron contra mí; no caminaron según mis preceptos, no guardaron ni pusieron en práctica mis leyes, que dan la vida a quien las observa, y profanaron mis sábados. Entonces pensé derramar sobre ellos mi furor y desfogar mi ira contra ellos en el desierto.


Mas ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. No tiraron los ídolos que seducían sus ojos ni abandonaron los ídolos de Egipto.


No hemos escuchado a los profetas, tus siervos, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.


Él también será llevado a Asiria como presente para el gran rey; Efraín recogerá vergüenza, e Israel se cubrirá de confusión por su ídolo.


Porque Israel se ha torcido como novilla indómita; ¿cómo los va a apacentar el Señor como a un cordero en ancha pradera?


Has observado las leyes de Omrí, las prácticas de la casa de Ajab, te has portado como ellos. Yo haré de ti un ejemplo de terror, y de tus habitantes un objeto de burla. ¡Vosotros sufriréis el oprobio de los pueblos!'.


Pero ellos no quisieron atender, volvieron la espalda y se hicieron los sordos.


el Señor no le perdonará, sino que la ira y la indignación del Señor se encenderán contra él, y todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él hasta borrar su nombre de debajo de los cielos.


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