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Jeremías 5:6 - Biblia Martin Nieto

6 Por eso el león de la selva los asalta, el lobo del desierto los destroza, el leopardo está al acecho ante sus ciudades; todo el que sale fuera es despedazado; porque son muchos sus delitos, abundantes sus rebeldías.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Por tanto, el león de la selva los matará, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere será arrebatado; porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus deslealtades.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Entonces ahora un león de la selva los atacará; un lobo del desierto se les echará encima. Un leopardo acechará cerca de sus ciudades, y hará trizas a quien se atreva a salir. Pues grande es la rebelión de ellos, y muchos son sus pecados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Por esto, el león de la selva los ataca, el lobo de las estepas los destroza y la pantera está acechando a la puerta de sus ciudades, lista para despedazar al que salga, porque son muchos sus pecados y numerosas sus rebeldías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Por tanto el león del bosque los mata, El lobo del desierto los destruye; El leopardo acecha en torno a sus ciudades, Cualquiera que salga de ellas será despedazado, Porque sus transgresiones son muchas, Y son agravadas sus reincidencias.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Por eso los va a herir el león de la selva, el lobo de la estepa los devorará. El leopardo acecha junto a sus ciudades, todo el que salga de ellas será despedazado, porque muchas son sus transgresiones, sus apostasías son muy graves.

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Jeremías 5:6
38 Tagairtí Cros  

Igualmente, todos los jefes de los sacerdotes y del pueblo multiplicaron las infidelidades, siguiendo las prácticas abominables de las naciones y profanando el templo que el Señor se había consagrado en Jerusalén.


El sacerdote Esdras se levantó y dijo: 'Vosotros habéis prevaricado casándoos con mujeres extranjeras; a tantos otros delitos de Israel habéis añadido también éste.


y exclamé: 'Dios mío, estoy confundido y me avergüenzo de levantar mi rostro hacia ti, porque nuestras iniquidades sobrepasan nuestra cabeza, y nuestros delitos llegan hasta el cielo.


Si me levanto, como a un león me das caza, y vuelves a invadirme con tu espanto.


Derramas la tiniebla y cae la noche, y entonces salen todas las fieras de la selva;


¿Por qué has abierto brechas en su valla para que todo el que pase la vendimie,


Tus jefes son unos rebeldes, compinches de ladrones; todos hambrean recompensas y van detrás de los regalos; no hacen justicia al huérfano, ni atienden la causa de la viuda.


Pues son muchos nuestros delitos ante ti, y nuestras iniquidades contra nosotros testifican; sí, presentes tenemos nuestros crímenes y reconocemos nuestras perversidades:


Si nuestras iniquidades dan testimonio contra nosotros, actúa, Señor, por el honor de tu nombre. Sí, nuestras rebeldías han sido numerosas, hemos pecado contra ti.


Contra él han rugido leones, han lanzado su aullido. Ha sido devastada su tierra, sus ciudades incendiadas, despobladas.


¿No te ha sucedido esto por haber abandonado al Señor tu Dios, cuando él te guiaba por el camino?


Tus iniquidades te castigan, tus infidelidades te condenan. Date cuenta, comprende qué funesto es y qué amargo abandonar al Señor tu Dios, no tener ya temor de mí, dice el Señor Dios todopoderoso.


¡Qué generación la vuestra! Ved lo que dice el Señor: ¿He sido yo un desierto para Israel o una tierra tenebrosa? Pues, ¿por qué dice mi pueblo: 'Nosotros nos vamos, no volveremos más a ti'?


El león ha abandonado su guarida, su tierra se ha convertido en un desierto ante la espada destructora, ante el ardor de la ira del Señor.


Todos tus amantes te han olvidado, ya no se interesan por ti. Sí, yo te he herido como hiere un enemigo, con castigo cruel, por tus innumerables crímenes, por tus pecados incontables.


¿Por qué gritas por tu herida? Incurable es tu dolor. Por tu enorme iniquidad, por tus delitos incontables te he hecho esto.


No se calmará la ira del Señor hasta que haya ejecutado y realizado los planes de su mente. Más tarde lo comprenderéis.


De su espesura se abalanza el león, el destructor de naciones se pone en marcha, abandona su morada para reducir tu país a un desierto; tus ciudades serán arrasadas, despobladas.


Como un león que sube de la espesura del Jordán a un pasto de perenne verdor, así, en un instante, los haré salir de allí y estableceré a mi elegido. Pues, ¿quién hay como yo? ¿Quién me podrá desafiar? ¿Quién es el pastor que me pueda hacer frente?


¿Por qué este pueblo se rebela tercamente? Se aferran al engaño y no quieren arrepentirse.


Hasta la cigüeña en el cielo conoce su estación; la tórtola, la golondrina y la grulla siguen la época de sus migraciones. Pero mi pueblo no conoce la justicia del Señor.


Sus adversarios prevalecen, sus enemigos son felices; porque el Señor la ha afligido por sus muchos pecados; sus niños han marchado al destierro delante del perseguidor.


en toda cabecera de camino te levantaste un lugar de pecado y deshonraste tu belleza ofreciéndote a cualquiera que pasaba, multiplicando tus prostituciones.


Los jefes de la ciudad son como lobos ávidos de presa; derraman sangre y matan a las personas para amasar más y más dinero.


Ella multiplicó sus prostituciones, recordando los días de su juventud, cuando se prostituía en Egipto


La primera era como un león con alas de águila. Vi que le arrancaron las alas, la levantaron de la tierra y la incorporaron como un hombre y le dieron un corazón humano.


Después vi otra bestia, como un leopardo, con cuatro alas de ave en su dorso; tenía también cuatro cabezas y le fue dado el poder.


Porque yo soy como un león para Efraín, como un leoncillo para la casa de Judá. Yo, yo mismo hago presa y me voy; me la llevo y nadie me la arranca.


Más veloces que leopardos sus caballos, más feroces que lobos nocturnos; sus jinetes llegan al galope, vienen volando de lejos sus jinetes, como águila que cae en picado sobre la presa.


Sus jefes son, en medio de ella, como leones rugientes; sus jueces, como lobos nocturnos que no dejan nada para la mañana.


Y vosotros queréis seguir las huellas de vuestros padres, como engendro de raza pecadora, y encender todavía más la cólera del Señor contra Israel.


La bestia que vi era semejante a una pantera; sus pies eran como los de un oso, y su boca como la de un león. El dragón le dio su poder y su trono con un gran imperio.


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