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Jeremías 38:6 - Biblia Martin Nieto

6 Entonces ellos agarraron a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna del príncipe Malquías, situada en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en él.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Entonces tomaron ellos a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo de Hamelec, que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con sogas. Y en la cisterna no había agua, sino cieno, y se hundió Jeremías en el cieno.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que los funcionarios sacaron a Jeremías de la celda y lo bajaron con sogas a una cisterna vacía en el patio de la cárcel que pertenecía a Malquías, miembro de la familia real. La cisterna no tenía agua pero Jeremías se hundió en una espesa capa de barro que había en el fondo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Entonces se apoderaron de Jeremías y lo echaron al pozo de Melquías, hijo del rey, situado en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En el pozo no había agua, sino puro fango, y Jeremías se hundió en el fango.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Entonces prendieron a Jeremías y lo hicieron echar en la cisterna de Malquías ben Hamelec, que estaba en el atrio de la guardia. Metieron allí a Jeremías con sogas; pero en la cisterna no había agua, sino lodo, y Jeremías se hundió en el lodo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Tomaron, pues, a Jeremías y lo arrojaron en la cisterna de Malquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia. Bajaron a Jeremías con cuerdas. En la cisterna no había agua, sino fango, y Jeremías se hundió en el fango.

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Jeremías 38:6
19 Tagairtí Cros  

lo agarraron y lo echaron en una cisterna vacía, sin agua.


me devuelven mal por bien y odio por amor.


En el Señor he puesto toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi grito;


Sálvame, Dios mío, que las aguas me llegan hasta el cuello;


El ejército del rey de Babilonia estaba a la sazón asediando a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba detenido en el patio de la cárcel del palacio real de Judá,


Luego el rey ordenó al príncipe Yeragmeel, a Serayas, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, prender a Baruc, el secretario, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los había escondido.


Jeremías fue, pues, metido en un calabozo subterráneo abovedado y allí permaneció largo tiempo.


Entonces el rey Sedecías dio orden de que Jeremías fuese llevado al patio de la guardia y que se le diera diariamente un pan procedente de la calle de los panaderos mientras hubiese pan en la ciudad. Así Jeremías quedó en el patio de la guardia.


Jeremías lo hizo así, y en seguida tiraron de él con las cuerdas y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías quedó en el patio de la guardia.


Mira, todas las mujeres que han quedado en el palacio del rey de Judá serán llevadas a los generales del rey de Babilonia, y serán ellas las que exclamarán: ¡Te han engañado, han podido contigo tus buenos amigos! ¡Tus pies han hundido en el fango y ellos te han dado la espalda!


Pero aquellos hombres se presentaron atropelladamente ante el rey y le dijeron: 'No olvides, oh rey, que, según la ley de los medos y los persas, ninguna prohibición o edicto que haya dado el rey puede ser revocada'.


En cuanto a ti, por la sangre de la alianza hecha contigo, sacaré a tus presos de la fosa, en la que no hay agua.


él, al recibir tal orden, los metió en la celda más segura, y sujetó sus pies en el cepo.


Es necesario que seáis constantes en el cumplimiento de la voluntad de Dios, para que alcancéis lo que os está prometido.


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