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Isaías 37:4 - Biblia Martin Nieto

4 El Señor, tu Dios, habrá oído las palabras del general que el rey de Asiria, su señor, mandó a insultar al Dios vivo, y el Señor, tu Dios, lo castigará. Eleva, pues, una oración por el resto que aún subsiste'.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras del Rabsaces, al cual el rey de Asiria su señor envió para blasfemar al Dios vivo, y para vituperar con las palabras que oyó Jehová tu Dios; eleva, pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tal vez el Señor tu Dios haya oído al jefe del Estado Mayor asirio, que fue enviado por el rey para desafiar al Dios viviente, y lo castigue por sus palabras. ¡Te rogamos que ores por los que hemos quedado!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¡Ojalá Yavé, tu Dios, haya escuchado las palabras del general al que el rey de Asur mandó para que insultara al Dios vivo, y pueda Yavé tu Dios castigar esas palabras! ¡Ruega a Dios por los pocos que todavía quedamos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Quizá YHVH tu Dios haya escuchado las palabras del Rabsaces, a quien su amo, el rey de Asiria, mandó para provocar al Dios viviente, y castigue las palabras que YHVH tu Dios ha oído. ¡Eleva pues oración por el remanente que aún subsiste!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Quizá Yahveh, tu Dios, habrá oído las palabras del copero mayor, enviado por el rey de Asiria, su señor, para insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que Yahveh, tu Dios, ha oído. Eleva, pues, una plegaria por el resto que aún queda'.

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Isaías 37:4
43 Tagairtí Cros  

Tal vez el Señor vea mi aflicción y me devuelva bien en lugar de esta maldición de hoy'.


Y el Señor se irritó sobremanera contra Israel y lo echó de su presencia. No quedó más que la tribu de Judá.


Esperamos que el Señor, tu Dios, haya oído todas las palabras del copero mayor, el que ha sido enviado por el rey de Asiria, su señor, a insultar al Dios vivo, y le castigue por las palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. Haz una oración por el resto que aún queda'.


Así humillaba el Señor a Judá a causa de Acaz, rey de Judá, que había traído la relajación a Judá y había sido infiel al Señor.


'Id y consultad al Señor por mí y por todos los supervivientes en Israel y en Judá acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado, pues la cólera del Señor se ha encendido contra nosotros, porque nuestros padres no hicieron caso de las palabras de este libro, cumpliendo lo que está escrito en él'.


Dios pensaba ya aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se interpuso ante él y le hizo apartar su ira destructora.


Tú haces todo esto, ¿y yo voy a callarme? ¿Es que te imaginas que yo soy como tú? Te denunciaré y te lo echaré en cara.


La hija de Sión ha quedado como una choza en una viña, como un tugurio en melonar, como ciudad sitiada.


Si el Señor todopoderoso no nos hubiera dejado un residuo, seríamos como Sodoma, iguales a Gomorra.


Sucederá aquel día que el resto de Israel y los supervivientes de la casa de Jacob dejarán de apoyarse en quien los hiere, y se apoyarán con lealtad en el Señor, el Santo de Israel.


Pues aunque fuera tu pueblo, oh Israel, como la arena del mar, sólo un resto volverá. La destrucción está decretada como plenitud de la justicia.


Aquel día el Señor volverá a alzar su mano para rescatar el resto de su pueblo, lo que quede del destierro de Asiria y de Egipto, de Patrós, de Etiopía, de Elán, de Senaar, de Jamat y de las islas.


Entonces el general se adelantó y dijo en alta voz, en judío: 'Escuchad las palabras del gran rey de Asiria.


No os engañe Ezequías diciendo: El Señor nos librará. ¿Han librado acaso los dioses de los pueblos a su respectivo país de caer en manos del rey de Asiria?


¿Cuál de todos los dioses de esos países ha salvado a su país de mis manos, para que el Señor pueda también salvar de mis manos a Jerusalén?'.


Inclina, Señor, tu oído y escucha; abre, Señor, tus ojos y mira; escucha las palabras de Senaquerib, que ha mandado insultar al Dios vivo.


El resto que sobrevivirá de la casa de Judá volverá a echar raíces por abajo y a llevar fruto por arriba,


pues de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión un grupo de supervivientes. El celo del Señor todopoderoso lo hará.


Cuando los servidores del rey Ezequías llegaron con esta embajada a Isaías,


No temas, gusanillo de Jacob, larva insignificante de Israel; ya vengo yo en tu ayuda, dice el Señor: tu redentor es el Santo de Israel.


Escuchadme, casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, que habéis sido llevados por mí desde el vientre, sostenidos desde el seno materno.


¿Acaso por eso le condenaron a muerte Ezequías, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temieron más bien al Señor; no imploraron su gracia, hasta obtener que retirara la desgracia con que les había amenazado? ¿Y vamos nosotros a cargar con un delito tan grave?'.


se presentaron al profeta Jeremías y le dijeron: 'Acoge por favor nuestros ruegos y pide al Señor, tu Dios, por este pequeño resto que somos nosotros, ya que de tantos como éramos hemos quedado pocos, como estás viendo con tus propios ojos.


para que implorasen el favor del Dios del cielo acerca de aquel enigma y no pereciesen Daniel y sus compañeros junto con los otros sabios de Babilonia.


Que entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: 'Perdona a tu pueblo, Señor, y no entregues tu heredad al oprobio, a la burla de las gentes. ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?'.


Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en los tribunales, y quizá el Señor Dios omnipotente se apiade del resto de José.


Terminaban ellas de comer la hierba de la tierra, cuando yo dije: '¡Señor Dios, perdona, te ruego! ¿Cómo podrá subsistir Jacob, siendo tan pequeño?'.


Isaías clama sobre Israel: Aunque el número de los israelitas fuera como la arena del mar, sólo un resto se salvará;


Confesaos los pecados unos a otros y rezad unos por otros, para que os curéis. La oración fervorosa del justo tiene un gran poder.


Dame, pues, esta montaña que el Señor me prometió aquel día, como tú mismo lo oíste. Allí están los anaquitas, y hay ciudades grandes y fortificadas. Si el Señor está conmigo, yo los echaré de allí, como él prometió'.


Entonces todo el pueblo dijo a Samuel: 'Ruega al Señor, tu Dios, por tus siervos para que no muramos, porque hemos añadido a todos nuestros pecados la gran maldad de pedir para nosotros un rey'.


Por mi parte, lejos de mí pecar contra el Señor dejando de rogar por vosotros y de enseñaros el camino bueno y recto.


Jonatán dijo a su escudero: 'Vamos, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos. Quién sabe lo que el Señor hará por nosotros, porque nada impide al Señor dar la victoria con muchos o pocos'.


David preguntó a los que estaban a su lado: '¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?'.


Tu siervo ha matado al león y al oso. Ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los ejércitos del Dios vivo'.


y dijeron a Samuel: 'No dejes de rogar por nosotros al Señor, nuestro Dios, para que él nos salve de los filisteos'.


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