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Isaías 26:20 - Biblia Martin Nieto

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra las puertas tras de ti; escóndete un instante hasta que pase la cólera.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Ve a tu casa, pueblo mío, ¡y pon cerrojo a tus puertas! Escóndete por un breve tiempo, hasta que haya pasado el enojo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Entra, pueblo mío, en tus habitaciones y cierra las puertas tras de ti; escóndete un momento hasta que pase la cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos; Cierra detrás de ti tus puertas, Escóndete por un breve momento, Hasta que pase la indignación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tus puertas tras de ti; escóndete apenas un momento, hasta que pase el enojo.

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Isaías 26:20
34 Tagairtí Cros  

El Señor dijo a Noé: 'Entra en el arca tú con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación.


un macho y una hembra de cada especie, tal y como se lo había ordenado Dios. Y el Señor cerró la puerta detrás de Noé.


¡Oh, si tú me escondieses en el abismo y me guardaras hasta que pase tu ira; si una tregua me dieras para acordarte de mí luego


líbrame, Señor, de mis enemigos, pues me cobijo en ti;


guárdame como a las pupilas de tus ojos, escóndeme a la sombra de tus alas,


Él me dará cobijo el día de la desgracia, me esconderá en lo oculto de su tienda, me subirá a lo alto de la roca;


Cantad al Señor, fieles del Señor, alabad su nombre santo;


Qué grande es tu bondad, Señor, la que tú reservas para tus leales y repartes, a la vista de todos, a los que en ti confían;


Tú eres mi refugio, me guardas de la angustia, me rodeas con cantos de victoria.


Al maestro de coro. Según 'No destruyas'. Poema de David, cuando huyendo de Saúl se escondió en la cueva


Piedad, Dios mío; ten piedad de mí, pues mi refugio lo he buscado en ti; me refugio a la sombra de tus alas hasta que haya pasado el infortunio.


Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,


te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas; su lealtad será para ti escudo y armadura.


para que esté tranquilo en los días de infortunio mientras se cava una fosa para los criminales.


El nombre del Señor es torre fuerte, en ella se refugia el justo y está seguro.


El prudente ve el mal y se esconde, el imprudente pasa y sufre el daño.


Tan sólo un poco más, un momento, y acabará mi ira, y mi furor los aniquilará.


¡Ay de Asiria, vara de mi cólera, bastón que blande mi furor!


Vienen de países lejanos, de los confines del cielo, el Señor y los instrumentos de su cólera a devastar toda la tierra.


Pues el Señor está irritado contra todas las naciones, enfurecido contra todo su ejército. Los ha condenado al exterminio, los ha entregado a la matanza.


He puesto mis palabras en tu boca y te he ocultado con la sombra de mi mano, al desplegar los cielos y fundar la tierra y decir a Sión: 'Mi pueblo res tú'.


Estad atentos, pueblos; naciones, prestadme oídos, porque de mí viene la ley, y mi derecho será la luz de los pueblos.


Cuando veáis esto, vuestro corazón se alegrará y vuestros huesos reverdecerán como la hierba. Sí, la mano del Señor se dará a conocer a sus siervos y su cólera a sus enemigos.


Saciaré a los sacerdotes con la mejor comida, y mi pueblo se hartará de mis bienes -dice el Señor-.


Ésta es la orden que les di: 'Escuchad mi voz, y yo seré entonces vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; seguid cabalmente el camino que os he prescrito para vuestra felicidad'.


Anúnciales: Esto dice el Señor Dios: Sí, yo los he alejado entre las naciones, los he dispersado por tierras extrañas; pero yo mismo he sido un santuario para ellos durante el breve tiempo en que están desterrados en estos países.


Este rey actuará a placer; se hará orgulloso hasta engreírse por encima de toda divinidad; dirá cosas monstruosas contra el Dios de los dioses y prosperará hasta que se haya agotado la cólera, porque lo que está decidido se cumplirá.


Buscad al Señor vosotros todos, humildes de la tierra, que habéis puesto en práctica sus preceptos; buscad la justicia, buscad la humildad; quizá podáis quedar seguros el día de la ira del Señor.


'¡J erusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos debajo de las alas y no has querido!


Tú, cuando reces, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está presente en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.


Pues el peso momentáneo y ligero de nuestras penalidades produce, sobre toda medida, un peso eterno de gloria


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