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Filipenses 4:7 - Biblia Martin Nieto

7 Y la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Jesús el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Y la paz de Dios, que está por encima de todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

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Filipenses 4:7
43 Tagairtí Cros  

Nehemías les dijo: 'Id y comed buenos platos, bebed buenos vinos e invitad a los que no tienen nada preparado, pues este día está consagrado al Señor. ¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!'.


Reconcíliate, pues, con él y haz la paz; así recobrarás tu ventura.


Si él sigue inmóvil, ¿quién puede conmoverle? Si retira su rostro, ¿quién puede percibirle? Pero aún sigue vigilando sobre naciones e individuos,


El Señor da a su pueblo fortaleza, el Señor bendice a su pueblo con la paz.


Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.


la prudencia vigilará sobre ti, la inteligencia te custodiará


No la abandones y ella te guardará, ámala y ella te custodiará.


Cuando camines, ellos te guiarán; cuando duermas, vigilarán sobre ti, y cuando te despiertes, se entretendrán contigo.


Señor, tú nos das la paz; tú realizas todas nuestras obras.


Su ánimo es firme y mantiene la paz, porque confía en ti.


Yo formo la luz y creo las tinieblas; doy la dicha y produzco la desgracia; soy yo, el Señor, quien hace todo esto.


¡Oh, si hubieras obedecido a mis mandamientos! Tu paz sería como un río y tu justicia como las olas del mar.


No hay paz para los malhechores -dice el Señor-.


Después de haber entregado a Baruc, hijo de Nerías, el contrato de compra, hice al Señor esta súplica:


Yo les devolveré la salud, los curaré y sanaré y les haré ver abundancia de paz y seguridad.


Que el Señor vuelva hacia ti su rostro y te conceda la paz.


para iluminar a los que yacen en tinieblas y en sombras de muerte, / y para guiar nuestros pasos por el camino de la paz'.


'Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que él ama'.


'La paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, os la doy yo. No estéis angustiados ni tengáis miedo.


Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulaciones; pero tened ánimo, que yo he vencido al mundo'.


A todos los que estáis en Roma, predilectos de Dios, llamados y consagrados, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.


porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.


Que el Dios de la esperanza llene de alegría y paz vuestra fe, y que la fuerza del Espíritu Santo os colme de esperanza.


Justificados por la fe, estamos en paz con Dios por nuestro Señor Jesucristo.


Porque el deseo de la carne es la muerte, pero el pensamiento del espíritu es la vida y la paz.


y toda altanería que se levante contra el conocimiento de Dios, de someter todo entendimiento a la voluntad de Cristo,


Nada más, hermanos. Vivid alegres; buscad la perfección, animaos unos a otros, vivid en armonía y en paz, y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.


Por el contrario, los frutos del Espíritu son: amor, alegría, paz, generosidad, benignidad, bondad, fe,


y conocer el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento, a fin de que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.


Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los cristianos que viven en Filipos con sus obispos y diáconos.


Os deseamos la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor.


Mi Dios, a su vez, proveerá colmadamente a vuestra indigencia, según sus riquezas, en Cristo Jesús.


Saludad a todos los que creen en Cristo Jesús. Os saludan los hermanos que están conmigo.


practicad lo que habéis aprendido y recibido, lo que habéis oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con vosotros.


Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en la que fuisteis llamados para formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos.


Que el Señor de la paz os dé él mismo la paz, siempre y en todos los órdenes. El Señor esté con todos vosotros.


El Dios de la paz, que por la sangre de la alianza eterna resucitó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesucristo,


Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los elegidos y amados de Dios Padre y conservados para Jesucristo:


Juan, a las siete Iglesias de Asia: a vosotros la gracia y la paz de parte del que es, el que era y el que viene, y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono;


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


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