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Daniel 9:16 - Biblia Martin Nieto

16 Señor, movido por tu misma justicia, retira tu cólera y tu furor de Jerusalén, que es tu ciudad, tu santo monte; pues a causa de nuestros pecados y de las injusticias de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo se han hecho el escarnio de todas las gentes circundantes.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Oh Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 En vista de tus fieles misericordias, por favor, Señor, aparta tu enojo y furor de tu ciudad, Jerusalén, tu monte santo. Todas las naciones vecinas se burlan de Jerusalén y de tu pueblo por causa de nuestros pecados y de los pecados de nuestros antepasados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Señor, en tu gran bondad, aparta tu cólera y tu furor de Jerusalén, tu ciudad, y de tu montaña santa, pues por culpa de nuestros pecados y de los pecados de nuestros padres Jerusalén y tu pueblo son motivo de burla de parte de todos los que nos rodean.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 ¡Te ruego, oh Adonay, aparta tu ira e indignación de sobre tu ciudad Jerusalem, tu Monte Santo, conforme a toda tu justicia, porque a causa de nuestros pecados y por la maldad de nuestros padres, Jerusalem y tu pueblo han venido a ser el oprobio de todos cuantos nos rodean!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 En nombre de tu justicia, aparta, Señor, tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad, tu santa montaña; pues, por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.

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Daniel 9:16
33 Tagairtí Cros  

Tú comprobaste que era un hombre fiel e hiciste con él un pacto, según el cual le darías a él y a su descendencia la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del fereceo, del jebuseo, del guirgaseo; y has cumplido tu palabra, porque eres justo.


Al maestro de coro. Salmo de David


Tú me sostendrás, porque soy inocente, me tendrás en tu presencia eternamente.


libérame, sálvame, pues tú eres justo; atiéndeme, ven corriendo a liberarme;


Nos hemos hecho irrisión de los vecinos, escarnio y burla de cuantos nos rodean.


has puesto fin a tu furor y has desistido de tu ardiente ira.


Piensa, Señor, en los ultrajes de tus siervos, esos ultrajes de las gentes que yo llevo en mi pecho.


No te postrarás ante ella ni le darás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,


Por eso la ira del Señor se ha encendido contra su pueblo, extendió su mano contra él y lo hirió; temblaron los montes; sus cadáveres fueron como carroña en medio de las calles. Con todo, su cólera no ha amainado; su mano aún está extendida.


Pero como a estos higos malos, tan malos que no pueden comerse - dice el Señor-, así trataré yo a Sedecías, rey de Judá, a sus oficiales y al resto de los habitantes de Jerusalén que han quedado en este país o que habitan en el país de Egipto.


Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste; los dejaré hechos un horror para todos los reinos de la tierra, maldición, espanto, escarnio y oprobio de todas las naciones en que los dispersé,


Así esta ciudad se ha hecho el blanco de mi furor y de mi indignación desde el día en que se fundó hasta el día de hoy, y tendré que venir a hacerla desaparecer de mi vista


a causa de todas las iniquidades que el pueblo de Israel y el pueblo de Judá han cometido para irritarme, ellos y sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén.


Por la sangre que has derramado te has hecho culpable, te has manchado con los ídolos que te has hecho; así has adelantado tu hora, has llegado al término de tus años. Sí, te haré el oprobio de las gentes, el escarnio de toda la tierra.


Te reduciré a un desierto, a objeto de vergüenza entre las naciones que te rodean, a los ojos de todos los que pasen.


Plantará las tiendas reales entre el mar y los montes de la tierra santa. Pero entonces llegará a su fin y nadie vendrá a socorrerlo.


Todavía estaba yo hablando, rezando y confesando mis pecados y los pecados de mi pueblo Israel y derramando mi súplica ante el Señor, mi Dios, por el santo monte de mi Dios;


Esto dice el Señor omnipotente: 'Vuelvo a Sión y habitaré en Jerusalén. Jerusalén será llamada de nuevo ciudad fiel, y la montaña del Señor omnipotente, montaña santa'.


Porque es propio de la justicia divina retribuir con sufrimientos a los que os hacen sufrir,


Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es justo y fiel, nos perdona nuestros pecados y nos purifica de toda injusticia.


El Señor empobrece y enriquece, el Señor humilla y enaltece.


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