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Daniel 9:15 - Biblia Martin Nieto

15 Y ahora, Señor, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte y te conseguiste una fama que dura hasta el presente, nosotros hemos sido pecadores y criminales.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 »Oh Señor nuestro Dios, al rescatar a tu pueblo de Egipto con gran despliegue de poder, le diste honor perpetuo a tu nombre; pero hemos pecado y estamos llenos de maldad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Señor nuestro Dios, cuya fama es eterna, tú que con mano poderosa hiciste salir a tu pueblo del país de Egipto, contra ti pecamos y nos rebelamos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y ahora, Adonay, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa y te hiciste renombre hasta el día de hoy: ¡Hemos pecado y actuado impíamente!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 'Ahora, pues, Señor, Dios nuestro, que sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto con mano fuerte y conquistaste una fama que perdura hasta hoy, hemos pecado, hemos hecho el mal.

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Daniel 9:15
30 Tagairtí Cros  

pues son tu pueblo y tu herencia, que sacaste de Egipto, el horno de fundición de hierro.


porque han hecho lo que es malo a mis ojos, y han provocado mi indignación, desde el día que salieron sus padres de Egipto hasta el presente'.


si recapacitan en la tierra de sus enemigos y dicen: Hemos pecado, hemos obrado inicua e injustamente;


Pues bien, éstos son tus siervos y éste tu pueblo, a quienes tú has redimido con tu gran poder y tu fuerte brazo.


Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos para escuchar la plegaria de tu siervo, que yo derramo ahora ante ti, día y noche, por los israelitas tus siervos, confesando los pecados que ellos han cometido contra ti. Yo mismo y la casa de mi padre hemos pecado;


realizaste milagros y prodigios contra el Faraón, contra todos sus siervos y contra el pueblo entero de su país, porque sabías que los habían tratado con arrogancia, y te granjeaste un renombre que todavía hoy dura.


Pero él los salvó por amor a su nombre, para manifestar públicamente su poder.


Y cuando tu hijo te pregunte mañana: ¿Qué es esto?, tú le dirás: El Señor nos sacó con mano fuerte de Egipto, de la casa de la esclavitud.


Este rito será para ti como una señal en la mano, como recuerdo ante tus ojos; porque el Señor te sacó de Egipto con mano fuerte'.


Y Moisés dijo al pueblo: 'Recordad siempre este día, en el cual salisteis de Egipto, de la casa de la esclavitud, porque el Señor os ha sacado con mano fuerte. Por ello no habréis de comer nada fermentado'.


Este rito será para ti como una señal en tu mano, como recuerdo ante tus ojos, para que tengas en tu boca la ley del Señor, porque el Señor te sacó de Egipto con mano fuerte.


Los egipcios conocerán que yo soy el Señor cuando yo sea glorificado a costa del Faraón, de sus carros y de sus caballeros'.


Moisés aplacó al Señor, su Dios, diciendo: '¿Por qué, oh Señor, se ha de encender tu ira contra tu pueblo, al que sacaste de Egipto con gran fuerza y con mano poderosa?


El Señor dijo a Moisés: 'Ahora vas a ver lo que voy a hacer al Faraón: por la fuerza los dejará marchar; por la fuerza, él mismo los echará de su país'.


Di a los israelitas: Yo soy el Señor; yo os libertaré de la opresión de los egipcios; os libraré de su esclavitud y os rescataré con gran poder y haciendo justicia.


Pero precisamente por esto te he conservado la vida, para demostrarte mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra.


En lugar de zarzas crecerán cipreses, y en vez de ortigas nacerán mirtos. Y esto dará al Señor renombre, una señal eterna e imborrable.


Tú sales a recibir a los que practican la justicia y tienen en la mente tus caminos. Te has irritado, sí, porque pecamos; contra ti, desde antiguo, hemos sido rebeldes.


Reconocemos, Señor, nuestra iniquidad y la perversidad de nuestros padres. Sí, hemos pecado contra ti.


Redacté el contrato, lo sellé en presencia de los testigos que había buscado y pesé el dinero en la balanza.


Nosotros pecamos y fuimos rebeldes; ¡tú nos has perdonado!


Pero ella se ha rebelado contra mis leyes con más perversidad que estas naciones, y contra mis decretos más que los países que la circundan, pues han desechado mis leyes y no han procedido según mis mandamientos.


Nosotros hemos pecado, hemos cometido injusticias y delitos, nos hemos rebelado y apartado de tus mandamientos y tus preceptos.


El hijo comenzó a decir: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo.


El publicano, por el contrario, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar sus ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador.


Él es quien nos libró de aquel peligro mortal y nos seguirá librando. Esperamos que lo siga haciendo en adelante


Acuérdate de que tú fuiste siervo también en Egipto y de que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por eso el Señor, tu Dios, te manda guardar el sábado.


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