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1 Samuel 30:6 - Biblia Martin Nieto

6 David estaba muy angustiado porque la gente quería apedrearlo, pues todos estaban muy amargados, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se confortó en el Señor, su Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 David ahora se encontraba en gran peligro, porque todos sus hombres estaban muy resentidos por haber perdido a sus hijos e hijas, y comenzaron a hablar acerca de apedrearlo. Pero David encontró fuerzas en el Señor su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 David se vio en un gran apuro porque su gente hablaba de apedrearlo, pues tan grande era la desesperación de cada uno por sus hijos e hijas. Pero David recuperó su confianza en Yavé su Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y David estaba muy angustiado porque el pueblo hablaba de apedrearlo, por cuanto todo el pueblo estaba con ánimo amargado, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se fortaleció en YHVH su Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 David se vio entonces en un grave aprieto, porque la gente hablaba de lapidarlo, ya que todos estaban llenos de amargura por sus hijos e hijas. Pero David cobró ánimos en Yahveh, su Dios.

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1 Samuel 30:6
51 Tagairtí Cros  

Los mensajeros volvieron a Jacob diciendo: 'Hemos ido a tu hermano, y él mismo viene a tu encuentro con cuatrocientos hombres'.


Y añadió: 'Tú conoces a tu padre y a sus hombres; son valientes y están furiosos como una osa a la que se ha quitado la cría en el campo. Tu padre es un guerrero y no pasará la noche con el pueblo.


Llegó adonde estaba el hombre de Dios en el monte, y se abrazó a sus pies. Guejazí fue a separarla, pero el hombre de Dios dijo: 'Déjala, porque está muy apenada; pero el Señor me lo ha tenido oculto y nada me ha manifestado'.


Él me puede matar; no tengo otra esperanza que defender en su presencia mi conducta.


Nunca pierdo la fe, aun cuando digo: 'Yo soy un desgraciado'.


El día que te llamé, tú me respondiste y me diste valor.


los lazos del abismo me liaban, se tendían ante mí las trampas de la muerte.


quítame la angustia de mi corazón, sácame de mis tribulaciones.


Espera en el Señor, ten ánimo, sé fuerte, espera en el Señor.


Amad al Señor todos sus fieles, el Señor guarda a los creyentes, pero paga con creces su merecido al que procede con orgullo.


Mis huesos se quebrantan, mis opresores me insultan, y me repiten a lo largo del día: '¿Dónde está tu Dios?'.


Quiero recordar aquello y desahogar mi alma; cuando entraba en la casa de Dios como en cortejo noble, al son de gritos de alegría y dando gracias entre la multitud en fiesta.


Mi alma en mi interior se aflige, por eso te recuerdo desde la región del Jordán, desde el Hermón y el monte de Misar.


En Dios, cuya palabra alabo -en el Señor, cuya palabra ensalzo-,


Al maestro de coro. Según Yedutún. Salmo de David


Desde su altura tratan de derrocarme, se complacen en la falsedad; con la boca bendicen y con el corazón maldicen.


Dios mío, líbrame de la mano del malvado, de las garras del criminal y del violento;


pues tú eres mi esperanza, Señor, mi confianza desde mi juventud, oh Dios.


Moisés llamó al Señor: '¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrean'.


El nombre del Señor es torre fuerte, en ella se refugia el justo y está seguro.


porque tú eres un refugio para el desvalido, un refugio para el pobre en su angustia, abrigo contra el aguacero, sombra contra el calor; pues el soplo de los tiranos es como la lluvia que azota la pared,


Oh Señor, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la tribulación; a ti vendrán las naciones desde los confines de la tierra y dirán: Sólo mentira poseyeron nuestros padres, vanidad e impotencia.


Desde el vientre del pez Jonás oró al Señor así:


Toda la comunidad hablaba de apedrearlos, cuando la gloria del Señor apareció en la tienda de la reunión ante todos los israelitas.


Los que iban delante y detrás gritaban: ¡Viva el hijo de David!


Pilato les dijo: '¿Qué haré entonces con Jesús, a quien llaman el mesías?'. Todos dijeron: '¡Que lo crucifiquen!'.


Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.


Abrahán, apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchos pueblos, tal y como Dios había dicho: Así será tu descendencia.


Ante la promesa de Dios no dudó ni desconfió, sino que se reafirmó en la fe, dando gloria a Dios,


¿Qué más podremos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?


Si tenemos que sufrir, es para vuestro consuelo y salvación. Si somos consolados, es para que vosotros también lo seáis y tengáis ánimos para soportar con paciencia los sufrimientos que nosotros pasamos.


Estamos acosados por todas partes, pero no derrotados; perplejos, pero no desesperados;


Cuando llegué a Macedonia tampoco pude estar tranquilo; encontré dificultades por todas partes; por fuera conflictos, por dentro temores.


No te dejaré ni te abandonaré; de suerte que podemos decir con confianza: El Señor es mi auxilio; no temeré. ¿Qué podrán hacerme los hombres?


Los de Dan le contestaron: 'No alces la voz, no sea que perdamos la paciencia y nos lancemos sobre vosotros con riesgo de tu vida y la de tu familia'.


Los israelitas fueron a Betel, estuvieron llorando ante el Señor hasta la tarde y le consultaron: '¿Volveremos a luchar contra nuestros hermanos de Benjamín?'. El Señor respondió: 'Id contra él'.


Ella, con el alma llena de amargura y bañada en lágrimas, se puso a rezar al Señor,


Jonatán, hijo de Saúl, se puso en camino y fue a ver a David en Jores; le dio ánimos en nombre de Dios y


Samuel dijo a Saúl: '¿Por qué has turbado mi descanso, evocándome?'. Saúl respondió: 'Estoy en gran aprieto, los filisteos me hacen la guerra y Dios se ha retirado de mí; no me responde ni por medio de los profetas ni por los sueños. Por eso te he evocado para saber qué hacer'.


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