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Jueces 4:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la montaña de Efraín; y los israelitas acudían a ella para resolver sus litigios.

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Biblia Reina Valera 1960

5 y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Solía sentarse bajo la Palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en la zona montañosa de Efraín, y los israelitas acudían a ella para que los juzgara.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Se sentaba bajo la Palmera de Débora, entre Rama y Betel, en la montaña de Efraín, y los israelitas subían donde ella para obtener justicia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y se sentaba bajo el palmar de Débora, entre Ramá y Bet-’El, en la serranía de Efraín, y los hijos de Israel acudían a ella para que los juzgara.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 y ella habitaba debajo de la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

5 y acostumbraba sentarse bajo una palmera, conocida como la Palmera de Débora, que estaba en las montañas de la tribu de Efraín, entre Ramá y Betel. Los israelitas iban a verla para que les solucionara sus problemas.

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Jueces 4:5
18 Tagairtí Cros  

Murió Débora, la nodriza de Rebeca, y fue sepultada por debajo de Betel, al pie de la encina, a la que se llamó Encina del llanto.


Al día siguiente, se sentó Moisés para juzgar al pueblo; y el pueblo permaneció de pie ante Moisés desde la mañana hasta la tarde.


Cuando tienen algún litigio, vienen a mí, y yo juzgo entre uno y otro, dándoles a conocer los decretos de Dios y sus leyes'.


Escúchame, pues, ahora: voy a darte un consejo y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo ante Dios y preséntale a él los asuntos.


Resolvían los asuntos del pueblo en todo momento. Llevaban a Moisés los asuntos más arduos y solucionaban por sí mismos los de menor importancia.


Así dice Yahveh: '¡Escuchad! En Ramá se oye un lamento, un llanto muy amargo: Raquel llora por sus hijos, inconsolable, por sus hijos, porque ya no existen'.


salía de Betel a Luz, pasaba a los confines de los arquitas en Atarot,


Por aquel tiempo era juez en Israel la profetisa Débora, mujer de Lapidot.


Había un hombre de Ramatáin, de la familia de Suf, de la montaña de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efrainita.


Se levantaron de madrugada y, después de haber adorado a Yahveh, volvieron y se fueron a su casa de Ramá. Elcaná conoció a Ana su mujer, y Yahveh se acordó de ella.


Se enteró Saúl de que David y los hombres que le seguían habían sido descubiertos. Hallábase Saúl en Guibeá, sentado bajo el tamarisco de la colina, lanza en mano rodeado de sus servidores.


Murió Samuel, y todo Israel se congregó para hacer duelo por él. Lo sepultaron en una heredad suya, en Ramá. David partió y bajó al desierto de Maón.


Después regresaba a Ramá, donde tenía su casa; allí administraba justicia a Israel y allí edificó un altar a Yahveh.


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