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Lucas 2:25 - Nueva Biblia Española (1975)

25 Vivía entonces en Jerusalén un cierto Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel;

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Biblia Reina Valera 1960

25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Y he aquí había en Jerusalem un hombre cuyo nombre era Simeón. Y este hombre justo y devoto esperaba la liberación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Vivía por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era realmente recto y piadoso; esperaba el consuelo de Israel y el Espíritu Santo residía en él.

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Lucas 2:25
22 Tagairtí Cros  

Descendientes de Noé: Noé fue en su época un hombre recto y honrado, trataba con Dios


Había una vez en el país de Hus un hombre llamado: Job: era justo y honrado, religioso y apartado del mal.


El Señor le dijo: ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, religioso y apartado del mal.


Aquel día se dirá: Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara: celebremos y festejemos su salvación.


Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios:


Hombre, ya te ha explicado lo que está bien, lo que el Señor desea de ti: que defiendas el derecho y ames la lealtad, y que seas humilde con tu Dios.


El Señor bajó en la nube, habló con él, y apartando parte del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta dirigentes del pueblo. Al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, una sola vez.


Moisés le respondió: ¿Estás celoso de mí? ¡Ojala todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor!


cuando José de Arimatea, distinguido consejero que aguardaba él también el reinado de Dios, armándose de valor se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.


En cuanto oyó Isabel el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre. Llena de Espíritu Santo,


Los dos eran rectos a los ojos de Dios y procedían sin falta según todos los mandamientos y leyes del Señor.


Zacarías, su padre, lleno de Espíritu Santo, habló inspirado:


Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.


Un senador de nombre José, persona buena y honrada,


Era devoto y adepto a la religión judía, como toda su familia; daba muchas limosnas al pueblo y oraba regularmente.


Contestaron ellos: Cornelio, el capitán, hombre recto y adepto al judaísmo, recomendado por toda la población judía, ha recibido aviso de un ángel encargándole que te mande llamar para que vayas a su casa y escuchar lo que le digas.


Residían entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra.


Por eso también me esfuerzo yo por conservar siempre una conciencia irreprochable ante Dios y ante los hombres.


Un profeta de los tuyos, de tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios; a él le escucharán.


porque ninguna predicción antigua aconteció por designio humano; hombres como eran, ellos hablaron de parte de Dios movidos por el Espíritu Santo.


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