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Lucas 15:20 - Nueva Biblia Española (1975)

20 Entonces se puso en camino para casa de su padre: su padre lo vio de lejos y se enterneció; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y levantándose, fue a su padre. Y estando él aún distante, su padre lo vio, y corriendo, enternecido, se echó sobre su cuello y lo besó efusivamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Partió, pues, y volvió a la casa de su padre. Todavía estaba lejos, cuando su padre lo vio venir y, hondamente conmovido, corrió a abrazarse a su cuello y lo besó repetidamente.

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Lucas 15:20
22 Tagairtí Cros  

Esaú corrió a recibirlo, lo abrazó, se le echó al cuello y lo besó llorando.


Y echándose al cuello de Benjamín, su hermano, rompió a llorar, y lo mismo hizo Benjamín;


Cuando estaban llegando a Gosén, José mandó preparar la carroza y se dirigió a Gosén a recibir a su padre, Al verlo, se le echó al cuello y lloró abrazado a él.


Joab fue a decírselo al rey. El rey llamó a Absalón, que se presentó ante él y le hizo una reverencia rostro en tierra, y el rey abrazó a Absalón.


Pero tú, Señor, Dios compasivo y piadoso, paciente, misericordioso y fiel,


porque tú eres bueno y perdonas, eres misericordioso con los que te invocan.


¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.


Yo vi. sus andanzas, pero lo curaré, lo guiaré, lo pagaré con consuelos;


¡Si es mi hijo querido Efraín, mi niño, mi encanto! Cada vez que le reprendo me acuerdo de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión -oráculo del Señor- .


¿Cómo podré dejarte, Efraín; entregarte a ti, Israel? ¿Cómo dejarte como a Admá; tratarte como a Seboín? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas.


ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros'.


El hijo empezó: Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.


Porque la promesa vale para ustedes y para sus hijos y además para todos los extranjeros que llame el Señor Dios nuestro.


Todos lloraban mucho y, abrazando a Pablo, lo besaban;


Ahora, en cambio, gracias al Mesías Jesús, ustedes los que antes estaban lejos están cerca por la sangre del Mesías,


Por eso su venida anunció la paz a los que estaban lejos y la paz a los que estaban cerca,


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