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Lucas 13:35 - Nueva Biblia Española (1975)

35 'Pues miren, su casa se les quedará vacía. Y les digo que no me volverán a ver hasta el día que exclamen: 'Bendito el que viene en nombre del Señor'

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Biblia Reina Valera 1960

35 He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Y ahora, mira, tu casa está abandonada. Y no volverás a verme hasta que digas: “Bendiciones al que viene en el nombre del Señor”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Por eso se van a quedar con su Templo vacío y no me volverán a ver hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan: '¡Bendito sea el que viene en Nombre del Señor!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 He aquí vuestra casa os es dejada desierta, y os digo que no me veréis hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Mirad que vuestra casa se os quedará desierta. Pero yo os digo: ya no me volveréis a ver hasta que llegue el momento en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!'.

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Lucas 13:35
31 Tagairtí Cros  

Bendito el que viene en nombre del Señor, los bendecimos desde la casa del Señor;


que sus terrenos se vuelvan un desierto, que nadie habite en sus tiendas;


¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del heraldo que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria! Que dice a Sión: 'Ya reina tu Dios'.


Y si no cumplen estos mandatos, juro por mí mismo -oráculo del Señor- que este palacio se convertirá en ruinas.


Por eso, así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré caer sobre Judá y sobre los habitantes de Jerusalén todas las amenazas que he pronunciado contra ellos, porque les hablé, y no me escucharon; los llamé, y no me respondieron.


Pues por culpa de ustedes Sión será un campo arado, Jerusalén será una ruina, el monte del templo un cerro de breñas.


Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito.


Movilizaré a todas las naciones contra Jerusalén: conquistarán la ciudad, saquearán las casas, violarán a las mujeres; la mitad de la población marchará al destierro, el resto del pueblo no será expulsado de la ciudad.


Y los grupos que iban delante y detrás gritaban: ¡Sálvanos' por el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Sálvenos desde lo alto!


¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no han querido!


Al acercarse y ver la ciudad, le dijo llorando:


Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que la época de los paganos llegue a su término.


cogieron los ramos de las palmas, salieron a su encuentro y empezaron a dar gritos: ¡Sálvanos! ¡Bendito el que llega en nombre del Señor, el rey de Israel!


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