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Jueces 21:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Los israelitas habían hecho este juramento en Atalaya: Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a un benjaminita.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Los varones de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Los israelitas habían jurado en Mizpa: «Nunca daremos nuestras hijas en matrimonio a ningún hombre de la tribu de Benjamín».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Los israelitas habían hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a alguien de Benjamín'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Los hombres de Israel habían jurado en Mizpa, diciendo: Ninguno de nosotros dará su hija a los de Benjamín por mujer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Los hombres de Israel habían hecho este juramento en Mispá: 'Ninguno de nosotros entregará su hija por esposa a los de Benjamín'.

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Jueces 21:1
19 Tagairtí Cros  

Cuando presentes un asunto a Dios, que no te precipiten los labios ni te arrastre el pensamiento. Dios está en el cielo y tú en la tierra: sean tus palabras contadas.


si juras por el Señor con verdad, justicia y derecho, las naciones se desearán tu dicha y tu fama.


Jeremías se fue con Godolías, hijo de Ajicán, a vivir con él, entre el pueblo que había quedado en el país.


Y le juró repetidas veces: Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.


Por la mañana temprano tuvieron los judíos una reunión y juraron no comer ni beber hasta que mataran a Pablo;


Que tienen fervor religioso lo declaro en su honor, pero mal entendido;


Todos los israelitas, desde Dan hasta Berseba, incluido el país de Galaad, fueron como un solo hombre a reunirse en asamblea ante el Señor en Atalaya.


de todas las tribus de Israel tomaremos diez hombres de cada cien, cien de cada mil, mil de cada diez mil, para encargarse de la intendencia del ejército que vaya contra Loma de Benjamín a castigar como se merece esa infamia que han cometido en Israel.


Los israelitas se volvieron contra los de Benjamín. Los pasaron a cuchillo, desde las personas hasta el ganado y todo lo que encontraban; todas las ciudades que encontraron las incendiaron.


Todo el pueblo se puso en pie como un solo hombre, diciendo: Ninguno de nosotros marchará a su tienda ni se volverá a su casa.


Claro que nosotros no podemos darles nuestras hijas en matrimonio. (Porque habían jurado: ¡Maldito el que dé una mujer a Benjamín!).


Si luego vienen sus padres o hermanos a querellarse con ustedes, les diremos: 'Compadézcanse de ellos, que no las han raptado como esclavas de guerra ni ustedes se las han dado; porque en ese caso serían culpables'.


Después preguntaron: ¿Quién de entre todas las tribus de Israel no acudió a la asamblea ante el Señor? Porque se habían juramentado solemnemente contra el que no se presentara ante el Señor en Atalaya, en estos términos: 'Es reo de muerte'.


¿Cómo proveer de mujeres a los supervivientes? Porque nosotros nos hemos juramentado por el Señor a no darles nuestras hijas en matrimonio.


Los que seguían a Saúl eran unos dos mil hombres. La lucha se extendió por toda la serranía de Efraín. Saúl cometió aquel día un grave error, conjurando a la tropa: Maldito el que pruebe un bocado antes de la tarde, mientras me vengo de mis enemigos. Nadie probó bocado.


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