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Jueces 2:18 - Nueva Biblia Española (1975)

18 Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el juez, y mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Cada vez que el Señor levantaba un juez sobre Israel, él estaba con ese juez y rescataba al pueblo de sus enemigos durante toda la vida del juez. Pues el Señor tenía compasión de su pueblo, que estaba sobrecargado de opresión y sufrimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Cuando Yavé les envió jueces, Yavé estaba con el juez, y durante toda la vida del juez los libraba de las manos de sus enemigos. Pues Yavé tenía piedad de ellos cuando escuchaba sus lamentos bajo la opresión y la persecución.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y cuando YHVH les levantaba jueces, YHVH estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días de aquel juez, porque YHVH se conmovía de sus gemidos a causa de quienes los maltrataban y oprimían.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Cuando Yahveh les suscitaba jueces, Yahveh estaba con el juez y los salvaba de sus enemigos durante la vida del juez, pues Yahveh tenía piedad de los gemidos que les arrancaban los que los oprimían y vejaban.

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Jueces 2:18
22 Tagairtí Cros  

se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón.


Joacaz imploró al Señor, y el Señor lo escuchó, al ver cómo el rey de Siria oprimía a Israel.


y la lengua fanfarrona de los qué dicen: 'La lengua es nuestra valentía, nuestros labios nos defienden, ¿quién será nuestro amo?'.


Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?, ten compasión de tus siervos:


Dios escuchó sus quejas y se acordó del pacto hecho con Abrahán, Isaac y Jacob;


Respondió Dios: Yo estoy contigo, y ésta es la señal de que yo te envío: que cuando saques al pueblo de Egipto, ustedes darán culto a Dios en esta montaña.


Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.


¿Cómo podré dejarte, Efraín; entregarte a ti, Israel? ¿Cómo dejarte como a Admá; tratarte como a Seboín? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas.


Vio Dios sus obras y que se habían convertido de su mala vida, y se arrepintió de la catástrofe con que había amenazado a Nínive y no la ejecutó.


Cuando en su territorio vayan a luchar contra el enemigo que los oprima, tocarán a combate. Y el Señor, su Dios, se acordará de ustedes y los salvará de sus enemigos.


porque el Señor defenderá a su pueblo y tendrá compasión de sus siervos-. Cuando vea que sus manos flaquean, que se consumen amos y criados,


Mientras vivas, nadie podrá resistirte. Como estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.


Entonces quitaron de en medio los dioses extranjeros y dieron culto al Señor, que cesó en su cólera ante los sufrimientos de Israel.


Luego marchó a la guerra contra los amonitas. El Señor se los entregó:


Pero en cuanto moría el juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.


Pero gritaron al Señor, y el Señor hizo surgir un salvador que los salvara: Otoniel, hijo de Quenaz, pariente de Caleb, más joven que él.


El ángel del Señor se le apareció y le dijo: El Señor está contigo, valiente.


El Señor contestó: Yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.


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