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Jonás 2:2 - Nueva Biblia Española (1975)

2 En el peligro grité al Señor y me atendió, desde el vientre del abismo pedí auxilio y me escuchó.

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Biblia Reina Valera 1960

2 y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 y dijo: «En mi gran aflicción clamé al Señor y él me respondió. Desde la tierra de los muertos te llamé, ¡y tú, Señor, me escuchaste!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Entonces Jonás dirigió esta oración a Yavé, su Dios, desde el vientre del pez:

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 y dijo: En mi angustia invoqué a YHVH, Y Él me respondió; Del vientre del Seol pedí socorro, Y Tú escuchaste mi voz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Jonás oró a Yahveh, su Dios, desde el vientre del pez,

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Jonás 2:2
26 Tagairtí Cros  

En su angustia procuró aplacar al Señor, su Dios, y se humilló profundamente ante el Dios de sus padres y le suplicó.


Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo,


En mi aflicción llamé al Señor, y él me respondió:


porque no me entregarás a la muerte ni dejarás al que te es fiel conocer la fosa.


porque no ha sentido desprecio ni repugnancia hacia el pobre desgraciado, no le ha escondido su rostro; cuando pidió auxilio, lo escuchó'.


Si el afligido grita, el Señor lo oye y lo libra de toda su angustia;


De ti, Señor, viene la salvación y la bendición para tu pueblo.


Te invoco desde el confín de la tierra con el corazón abatido:


y a ti se te cumplen los votos, porque tú escuchas las súplicas;


por tu insigne misericordia conmigo, porque me salvaste del abismo profundo.


El abismo en lo hondo se estremece por ti, al salir a tu encuentro: en tu honor despierta a las sombras, a todos los potentados de la tierra y levanta de su trono a todos los reyes de las naciones,


Invoqué tu nombre, Señor, de lo hondo de la fosa:


te precipitaré con los que bajan a la fosa, los pobladores del pasado; pondré tu domicilio en el fondo de la tierra, en las ruinas perpetuas, con los que bajan a la fosa, para que no vuelvas a reinar ni a adornar la tierra de los vivos.


Para que no empinen su estatura los árboles bien regados, y no yergan su cima hasta las nubes, ni confíen en su altura los bien abrevados; pues todos están destinados a la muerte, a lo profundo de la tierra, en medio de los hijos de Adán que bajan a la fosa.


Porque si tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del monstruo', también tres días y tres noches estará este Hombre en el seno de la tierra.


porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama le abren.


Al entrártela angustia se puso a orar con más insistencia. Le chorreaba hasta el suelo el sudor parecido a goterones de sangre.


Porque no me abandonarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.


El, en los días de su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, a gritos y con lágrimas, al que podía salvarlo de la muerte; y Dios lo escuchó, pero después de aquella angustia,


No creas que esta sierva tuya es una descarada; si he estado hablando hasta ahora, ha sido de pura congoja y aflicción.


ordenó al sacerdote Abiatar: Acércame el efod. Abiatar se lo acercó,


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