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Joel 1:18 - Nueva Biblia Española (1975)

18 ¡Cómo muge el ganado, está inquieta la vacada, porque no quedan pastos, y las ovejas lo pagan!

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Biblia Reina Valera 1960

18 ¡Cómo gimieron las bestias! ¡Cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las ovejas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 ¡Cómo braman de hambre los animales! Las manadas de ganado vagan desorientadas porque no encuentran pasto. Los rebaños de ovejas y cabras gimen en su sufrimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Las manadas de bueyes andan locas porque no tienen pasto, y perecen los rebaños.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¡Cómo muge el ganado! Está inquieta la vacada, no tiene pastos, y las ovejas lo pagan.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 ¡Cómo brama el ganado! Mugen los hatos de bueyes por falta de pasto. ¡Hasta los rebaños de ovejas perecen!

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Joel 1:18
10 Tagairtí Cros  

y le dijo: Anda, vamos a recorrer el país, a ver todos los manantiales y arroyos; a lo mejor encontramos pasto para conservar la vida a caballos y mulos sin que tengamos que sacrificar el ganado.


El rey Salomón, acompañado de toda la asamblea de Israel reunida con él ante el arca, sacrificaba una cantidad incalculable de ovejas y bueyes.


¿Hasta cuándo hará duelo la tierra y se agostará la hierba del campo? Por la maldad de sus habitantes se escapan el ganado y las aves del cielo, pues dicen: 'No ve nuestras andanzas'.


Por eso gime el país y desfallecen sus habitantes: hasta las fieras salvajes, hasta las aves del cielo, incluso los peces del mar desaparecen.


Hasta las bestias agrestes rugen a ti, porque están secas las cañadas y el fuego se ceba en los prados de la estepa.


dijo: El Señor ruge desde Sión, alza la voz desde Jerusalén, y aridecen las majadas de los pastores, se seca la cumbre del Carmelo.


Aunque la higuera no echa yemas y las cepas no dan fruto, aunque el olivo se niega a su tarea y los campos no dan cosechas, aunque se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo;


Por eso el cielo les rehúsa el rocío y la tierra les rehúsa la cosecha;


Sabemos bien que hasta el presente la humanidad entera sigue lanzando un gemido universal con los dolores de su parto.


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