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Jeremías 8:2 - Nueva Biblia Española (1975)

2 los tenderán al sol, a la luna, a los astros del cielo a quienes amaron, a quienes sirvieron, a quienes siguieron, a quienes consultaron, a quienes adoraron; no serán recogidos ni sepultados, yacerán como estiércol en el campo.

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Biblia Reina Valera 1960

2 y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esparcirá los huesos sobre la tierra ante el sol, la luna y las estrellas: los dioses que mi pueblo ha amado, servido y rendido culto. Sus huesos no serán recogidos nuevamente ni enterrados, sino que serán esparcidos sobre la tierra como si fueran estiércol.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Los expondrán al sol, a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, a quienes siguieron, consultaron y adoraron. No serán recogidos para ser enterrados de nuevo, sino que quedarán como abono por el suelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 y los esparcirán ante el sol, ante la luna y ante todo el ejército de los cielos, a quienes aman y rinden culto, a quienes siguen y consultan, y ante quienes se postran. No serán recogidos ni sepultados; quedarán como estiércol sobre la faz de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 y los dispersarán ante el sol y la luna y ante todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, tras de los cuales anduvieron, a quienes consultaron y adoraron. No serán recogidos ni enterrados; servirán de estiércol sobre la superficie de la tierra.

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Jeremías 8:2
32 Tagairtí Cros  

Abandonaron los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron ídolos de fundición (los dos becerros) y una estela; se postraron ante el ejército del cielo y dieron culto a Baal.


Reconstruyó las ermitas de las lomas derruidas por su padre, Ezequías, levantó altares a Baal y erigió una estela, igual que hizo Acaz de Israel; adoró y dio culto a todo el ejército del cielo;


edificó altares a todo el ejército del cielo en los dos atrios del templo;


Suprimió a los sacerdotes establecidos por los reyes de Judá para quemar incienso en las lomas de las poblaciones de Judá y alrededores de Jerusalén, y a los que ofrecían incienso a Baal, al sol y a la luna, a los signos del zodíaco y al ejército del cielo.


Pues tendrán que temblar, porque Dios desbarata las fuerzas del agresor, y serán derrotados porque Dios los rechaza.


que fueron aniquilados en Fuendor y sirvieron de estiércol para el campo.


Trata a sus príncipes como al Cuervo y al Lobo, a sus capitanes como a Zebá y a Salmaná,


Supongamos que un hombre tiene cien hijos y vive muchos años: si no puede saciarse de sus bienes, por muchos que sean sus días, yo afirmo: mejor es un aborto,


y el pueblo a quien profetizan yacerá por las calles de Jerusalén, a causa del hambre y la espada; y no habrá quien los entierre a ellos y a sus mujeres, a sus hijos e hijas; les echaré encima sus maldades.


les responderás: Porque sus padres me abandonaron -oráculo del Señor- , siguieron a dioses extranjeros, sirviéndolos y adorándolos. A mí me abandonaron y no guardaron mi Ley.


Morirán de muerte cruel, no serán llorados ni sepultados, serán corno estiércol sobre el campo, acabarán a espada y de hambre, sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias de la tierra.


Morirán en esta tierra grandes y pequeños, no serán sepultados ni llorados, ni por ellos se harán incisiones o se raparán el pelo;


las casas de Jerusalén y los palacios reales de Judá serán inmundos como el sitio de El Horno; las casas en cuyas azoteas ofrecían sacrificios a los astros del cielo, y libaban a dioses extranjeros'. 20


Lo enterrarán como a un burro: lo arrastrarán y lo tirarán fuera del recinto de Jerusalén.


Aquel día las víctimas del Señor ocuparán la tierra de punta a punta, no los recogerán ni enterrarán, ni les harán duelo, serán como estiércol sobre el campo.


Todo el valle de los cadáveres, el cementerio de las cenizas, hasta el valle del torrente Cedrón, y hasta la Puerta de los Caballos, a oriente, estará consagrado al Señor, y ya no será arrasado ni destruido jamás.


Por eso, así dice el Señor a Joaquín, rey de Judá: No tendrá descendiente en el trono de David; su cadáver quedará expuesto al calor del día y al frío de la noche.


Escuchen, mujeres, la palabra del Señor, reciban sus oídos la palabra de su boca: Ensayen a sus hijas una endecha, cada una a su vecina una elegía:


'Subió la muerte por las ventanas y entró en los palacios, arrebató al niño en la calle, a los jóvenes en la plaza'.


El Señor dice su oráculo: Yacen cadáveres humanos como estiércol en el campo, como gavillas tras el segador, que nadie recoge.


Te arrojaré a la estepa, a ti y a los peces de tu Nilo; yacerás en el páramo, sin que nadie te recoja y te entierre. Te echaré de comida a las fieras de la tierra y a las aves del cielo;


Caerás en campo abierto, pues yo lo he dicho -oráculo del Señor- .


Esparciré sus huesos en torno a sus altares.


Después me llevó al atrio interior de la casa del Señor. A la entrada del templo del Señor, entre el atrio y el altar, había unos veinticinco hombres, de espaldas al templo y mirando hacia el oriente: estaban adorando al sol.


Acosaré a los hombres, para que anden ciegos, porque pecaron contra el Señor; su sangre se derramará cómo polvo, sus entrañas como estiércol,


a los que adoran en las azoteas el ejército del cielo, a los que adorando al Señor y jurando por él, juran también por Moloc,


Dios les volvió la espalda y los entregó al culto de los astros, como dice el libro de los Profetas: 'Casa de Israel, ¿acaso me ofrecieron sacrificios y ofrendas en los cuarenta años del desierto?


que va a dar culto a dioses extranjeros y se postra ante ellos o ante el sol, la luna o el ejército entero del cielo, haciendo lo que yo prohibí,


Al levantar los ojos al cielo y ver el sol, la luna y las estrellas, el ejército entero del cielo, no te dejes arrastrar a prosternarte ante ellos para darles culto; pues el Señor, tu Dios, se los ha repartido a todos los pueblos bajo el cielo.


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