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Jeremías 4:30 - Nueva Biblia Española (1975)

30 Y tú, ¿qué haces que te vistes de púrpura, te enjoyas de oro, te alargas los ojos con negro? En vano te embelleces, tus amantes te rechazan, sólo buscan tu vida.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán tus amantes, buscarán tu vida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 ¿Qué es lo que haces, tú que has sido saqueado? ¿Por qué te vistes de ropas hermosas y te pones joyas de oro? ¿Por qué te resaltas los ojos con rímel? ¡Arreglarte así de nada te servirá! Los aliados que fueron tus amantes te desprecian y buscan tu muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Y tú, la devastada, ¿qué vas a hacer? Aunque te pongas vestidos de púrpura, te adornes con joyas de oro y te pintes con lápiz los ojos, en vano te estás haciendo bonita, pues no les interesa a tus amantes y sólo buscan quitarte la vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Y una vez° desolada, ¿qué harás tú? Aunque te vistas de escarlata, Aunque te engalanes con adornos de oro, Aunque te pintes los ojos con antimonio,° En vano querrás embellecerte: Tus amantes te desprecian; buscan tu vida.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Y tú, la devastada, ¿qué haces, que te vistes de púrpura que te adornas con adornos de oro, que te pintas ojos rasgados? En vano te acicalas: los amantes te desprecian es tu vida lo que buscan.

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Jeremías 4:30
27 Tagairtí Cros  

Jehú llegó a Yezrael. Jezabel, que se había enterado, se sombreó los ojos, se arregló el pelo y se asomó al balcón.


que tu corazón no codicie la belleza ni te dejes atrapar por sus guiños;


Una mujer le sale al encuentro, vestida como ramera, envuelta en un velo,


¿Qué harán ustedes el día de la cuenta, cuando la tormenta lejana se eche encima? ¿A quién acudirán buscando auxilió y dónde dejarán su fortuna,


y dirán: Ahí tienen a los que eran nuestra confianza, a los que acudíamos en busca de auxilio para que nos libraran del rey de Asiria; pues nosotros ¿cómo nos salvaremos?


Temen en Sión los pecadores, un temblor se apodera de los perversos: '¿Quién de nosotros habitará en un fuego devorador, quién de nosotros habitará en una hoguera perpetua?'.


¿Qué dirás cuando te falte la gala de tus ovejas, los que habías educado para gobernarte? ¿No sentirás dolores como la parturienta?


Tú, Señora del Líbano, que anidas entre cedros, cómo sollozarás cuando te lleguen las ansias, dolores como de parto.


Tus amantes te olvidaron y ya no te buscan, porque te derrotó el enemigo con cruel escarmiento; por la masa de tus crímenes, por tus muchos pecados.


los profetas profetizan embustes, los sacerdotes dominan por la fuerza, y mi pueblo tan contento. ¿Qué harán en el desenlace?


Llamé a mis amantes, pero me han traicionado. Mis sacerdotes y ancianos murieron en la ciudad, mientras buscaban alimento para recobrar las fuerzas.


Pasa la noche llorando, le corren las lágrimas por las mejillas. No hay nadie entre sus amantes que la consuele; todos sus aliados la han traicionado, se han vuelto sus enemigos.


Nuestros ojos se consumen esperando socorro en vano: aguardamos vigilantes a un pueblo incapaz de salvar.


estabas en un jardín de dioses, revestido de piedras preciosas: cornalina, topacio y aguamarina, crisólito, malaquita y jaspe, zafiro, rubí y esmeralda; de oro afiligranado tus zarcillos y dijes, preparados el día de tu creación.


Tú que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: 'Soy Dios', delante de tus asesinos, en poder de los que te apuñalen?


te han empujado a la frontera tus aliados, tus amigos te han engañado y sometido, tus comensales te ponen trampas debajo'.


¿cómo escaparemos nosotros si desestimamos una salvación tan excepcional? Una que fue anunciada al principio por el Señor y que nos han confirmado los que la oyeron,


Estos, de común acuerdo, cederán sus fuerzas y su autoridad a la fiera.


con la que han fornicado los reyes de la tierra, la que ha emborrachado a los habitantes de la tierra con el vino de su prostitución.


La mujer iba vestida de púrpura y escarlata y enjoyada con oro, pedrería y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena hasta el borde de abominaciones y de las impurezas de su fornicación;


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