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Jeremías 2:25 - Nueva Biblia Española (1975)

25 Ahórrales calzado a tus pies, sed a tu garganta; en cualquier collado alto, bajo cualquier árbol frondoso tú respondes: ¡De ninguna manera! Estoy enamorada de extranjeros y me iré con ellos.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

25 Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 ¿Cuándo dejarás de correr? ¿Cuándo desistirás de jadear tras otros dioses? Pero tú dices: “Ahórrate tus palabras. ¡Estoy enamorada de estos dioses ajenos, y no puedo dejar de amarlos!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 El que la busca sabe dónde encontrarla. Pero tú dices: '¡No, déjame!, a mí me gustan los extranjeros y tras ellos quiero ir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Guarda tu pie de andar descalzo, Y tu garganta de la sed; Pero dijiste: ¡No hay remedio, no; A extranjeros° he amado, y tras ellos he de ir!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Guarda tu pie de andar descalzo, y tu garganta de la sed. Tú respondes: '¡Es inútil! ¡No! Pues amo a extranjeros y tras ellos quiero ir'.

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Jeremías 2:25
27 Tagairtí Cros  

Incluso durante el asedio siguió rebelándose contra el Señor.


Ofreció sacrificios a los dioses de Damasco, que lo habían derrotado, pensando: 'Los dioses de Siria si que ayudan a sus reyes. Les ofreceré sacrificios para que me ayuden a mí'. Pero fue su ruina y la de Israel.


Has desechado a tu pueblo, a la casa de Jacob, porque está llena de adivinos de oriente, de agoreros filisteos, y han pactado con extraños.


Te cansabas de tanto caminar, pero no decías 'es inútil', recobrabas fuerzas y no desfallecías.


¿Qué dirás cuando te falte la gala de tus ovejas, los que habías educado para gobernarte? ¿No sentirás dolores como la parturienta?


Y si preguntas por qué te sucede todo eso, por tus muchas culpas te levantan las faldas y te violentan los tobillos.


Así responde el Señor a este pueblo: Les gusta mover las piernas, no las escatiman, pero el Señor no se complace en ellos; ahora recuerda sus culpas y castigará sus pecados.


Responden: No queremos, seguiremos nuestros planes, cada uno seguirá la maldad de su corazón obstinado.


(Ustedes fíjense en la palabra del Señor). ¿Me he vuelto desierto para Israel o tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: Huimos, ya no volvemos a ti?


Sube al Líbano y grita, alza la voz en Basan, grita desde Abarín, porque están deshechos tus amantes.


Te hablé en tu bienestar y dijiste: No obedezco; ésa es tu conducta desde joven, no me obedeciste;


Pero reconoce tu culpa, pues te rebelaste contra el Señor, tu Dios: prodigaste tu amor a extraños bajo todo árbol frondoso y me desobedeciste -oráculo del Señor- .


sino que haremos lo que hemos prometido: quemaremos incienso a la reina del cielo y le ofreceremos libaciones; igual que hicimos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nos hartábamos de pan, nos iba bien, y no conocíamos la desgracia.


Pasa la noche llorando, le corren las lágrimas por las mejillas. No hay nadie entre sus amantes que la consuele; todos sus aliados la han traicionado, se han vuelto sus enemigos.


De pura sed, a las criaturas se les pega la lengua al paladar; los niños piden pan y nadie se lo da;


Jamás se realizarán los planes que están pensando: 'Seremos como los demás pueblos, como las razas de otros países, sirviendo al leño y a la piedra'.


si no, la dejaré desnuda y en cueros, como el día que nació; la convertiré en estepa, la transformaré en tierra yerma, la mataré de sed;


Sí, su madre se ha prostituido, se ha deshonrado la que los engendró. Se decía: Me voy con mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi vino y mi aceite.


Porque dicen: 'No vale la pena servir a Dios, ¿qué sacamos de guardar sus mandamientos y de andar enlutados ante el Señor de los ejércitos?


Pero el padre les mandó a los sirvientes: saquen en seguida el mejor traje y vístanlo; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies;


y gritó: Padre Abrahán, ten piedad de mí; manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, que me atormentan estas llamas.


pues con esta esperanza nos salvaron. Ahora bien, esperanza de lo que se ve ya no es esperanza; ¿quién espera lo que ya ve?


servirás al enemigo que mande el Señor contra ti: en hambre y sed, desnudez y miseria total; él te pondrá en los hombros un yugo de hierro, hasta exterminarte.


Le dieron celos con dioses extraños, lo irritaron con sus abominaciones,


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