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Jeremías 2:15 - Nueva Biblia Española (1975)

15 que rugen contra él con gran estruendo? Arrasaron su tierra, incendiaron sus poblados hasta dejarlos deshabitados.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

15 Los cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Leones fuertes rugieron contra él, y la tierra ha sido destruida. Ahora las ciudades están en ruinas; ya nadie vive en ellas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Contra ti han rugido leones, tu tierra ha sido desolada, tus ciudades, incendiadas y despobladas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Los leoncillos rugieron contra él, dieron sus bramidos, Y convirtieron su tierra en una desolación; Sus ciudades están quemadas y sin habitantes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 por la que bramaban leoncillos, daban su rugido? Hicieron de su país un desierto, sus ciudades fueron incendiadas, no queda un solo habitante.

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Jeremías 2:15
35 Tagairtí Cros  

Aunque ruge el león y le hace coro la leona, a los cachorros les arrancan los dientes:


Estoy echado entre leones que devoran hombres; sus dientes son lanzas y flechas; su lengua es puñal afilado.


Su tierra, devastada; sus ciudades, incendiadas; sus campos, ante ustedes, los devoran extranjeros. ¡Devastación como en la catástrofe de Sodoma!


Miren al Señor que hiende la tierra y la resquebraja, devasta la superficie y dispersa a sus habitantes:


Su rugido es de león, ruge como los cachorros, gruñe y atrapa la presa, la retiene, y nadie se la arranca.


Soy testigo: lo ha jurado el Señor de los ejércitos: Sus muchas casas serán arrasadas, sus palacios magníficos quedarán deshabitados,


Pregunté: ¿Hasta cuándo, Señor? Y me contestó; Hasta que se desmoronen las ciudades despobladas y las casas deshabitadas, y queden los campos desolados.


Escuchen un mensaje: Ya llega con gran estruendo del país del norte, para convertir los poblados de Judá en desolación, en guarida de chacales.


Y tú profetízales diciendo lo siguiente: El Señor ruge desde la altura, clama desde su mansión santa, ruge y ruge contra su dehesa, entona la copla de los pisadores de uva contra todos los habitantes del mundo;


yo mandaré a por los pueblos del norte y a por Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo mío; lo traeré a esta tierra, contra sus habitantes y los pueblos vecinos; los consagraré al exterminio, los convertiré en espanto, burla y ruina perpetua.


¿Por qué profetizas en nombre del Señor diciendo que este templo será como el de Silo y esta ciudad quedará en ruinas y deshabitada? La gente se amotinó contra Jeremías en el templo.


Así dice el Señor: En este lugar del que dicen que está en ruinas, sin hombres ni ganado; en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, ahora desoladas, sin hombres ni ganado,


Yo los he mandado -oráculo del Señor- y los volveré a traer contra esta ciudad, para que la ataquen, la conquisten y la incendien. Y las ciudades de Judá quedarán desoladas y sin habitantes.


sube el león de la maleza, sale de su guarida, está en marcha un asesino de pueblos, para arrasar tu país e incendiar tus ciudades dejándolas despobladas.


El Señor ya no podía soportar sus malas acciones, las abominaciones que cometían; por eso se convirtió su tierra en ruina y espanto y maldición, sin habitantes hasta hoy:


por eso los herirá un león de la selva, un lobo de la estepa los despedazará, una pantera acecha sus ciudades y arrebata al que sale, porque son muchas sus culpas y graves sus apostasías.


Israel era una oveja descarriada, acosada de leones: primero la devoró el rey de Asiria, últimamente la despedazó Nabucodonosor, rey de Babilonia.


Rugen a coro como leones, gruñen como cachorros de león:


Escarmienta, Jerusalén, si no quieres que me aparte de ti y te convierta en desolación, en tierra deshabitada.


Sobre los montes entonaré endechas, en los pastos de la estepa elegías: Están requemadas, nadie transita, no se oye mugir el ganado, aves del cielo y bestias se han escapado.


Convertiré a Jerusalén en escombros, en guarida de chacales, arrasaré los pueblos de Judá dejándolos deshabitados.


por eso profetiza así: Esto dice el Señor: Porque los han arrasado y pisoteado y conquistado los restantes pueblos; porque han andado en boca de deslenguados y les ha difamado la gente;


Te haré escombro y escarnio para los pueblos vecinos, a la vista de los que pasen.


Irán detrás del Señor, que rugirá como león; sí, rugirá y vendrán temblando sus hijos desde occidente,


Pues yo seré león para Efraín, leoncito para la casa de Judá. Yo mismo haré presa y me iré, la llevaré sin que nadie la salve.


Así dice el Señor: Como salva el pastor dejas fauces del león un par de patas o un lóbulo de oreja, así se salvarán los israelitas, vecinos de Samaria, con el borde de un petate y un cobertor de damasco.


¿Ruge el león en la espesura sin tener presa?, ¿grita el cachorro en la guarida sin haber cazado?,


Ruge el león, ¿quién no temerá? Habla el Señor, ¿quién no profetizará?


¿Dónde está el cubil de leones, la guarida de los cachorros, adonde iban sin asustarse el león con la leona y sus crías?


ni su plata ni su oro podrán librarlos, el día de la cólera del Señor, cuando el fuego de su celo consuma la tierra entera, cuando acabe atrozmente con todos los habitantes de la tierra.


¡Ay de los que habitan en la costa, pueblo cretense! -la palabra del Señor va por ustedes-: Canaán, tierra filistea, te dejaré totalmente despoblada,


Aniquilé naciones, derruí sus almenas, llené de escombros sus calles para que nadie transitara, arrasé sus ciudades para que nadie las habitara,


Oigan: gimen los pastores, porque han asolado sus pastos; oigan: rugen los leones, porque han asolado la espesura del Jordán.


Sansón bajó a Timná. Cuando llegaba cerca de las viñas de Timná, le salió rugiendo un leoncito;


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