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Jeremías 14:9 - Nueva Biblia Española (1975)

9 ¿Por qué te portas como un hombre aturdido, como soldado incapaz de vencer? Tú estás con nosotros, Señor, llevamos tu nombre, no nos abandones.

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Biblia Reina Valera 1960

9 ¿Por qué eres como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¿Estás confundido también? ¿Es nuestro guerrero valiente incapaz de salvarnos? Señor, tú estás aquí entre nosotros y somos conocidos como pueblo tuyo. ¡Por favor, no nos abandones ahora!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 ¿Por qué has de ser como un hombre aturdido, como un guerrero que no salva a los suyos? Pues tú estás entre nosotros, Yavé, y sobre nosotros fue invocado tu Nombre: no nos desampares.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¿Por qué te muestras como un hombre aturdido, Como héroe incapaz de vencer? Pero Tú, oh YHVH, estás en medio de nosotros, Y sobre nosotros es invocado tu Nombre; ¡No nos desampares!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 ¿Por qué eres como hombre azorado, como guerrero incapaz de salvarse? Tú, Yahveh, estás en medio de nosotros y sobre nosotros se invoca su nombre, ¡No nos abandones!

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Jeremías 14:9
31 Tagairtí Cros  

Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando ordene a la langosta que devore la tierra, cuando envíe la peste contra mi pueblo,


Señor, infúndeles terror, y aprendan los pueblos que no son más que hombres.


y yo busco tu rostro, Señor; no me escondas tu rostro; no rechaces con ira a tu siervo, tú que eres mi auxilio, no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.


Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora.


grita jubilosa, Sión, la princesa, que es grande en medio de ti el Santo de Israel.


a todos los que llevan mi nombre, a los que creé para mi gloria, a los qué hice y formé.


¡Despierta, despierta; revístete de fuerza, brazo del Señor; despierta como antaño, en las antiguas edades! ¿No eres tú quién destrozó al monstruo y traspasó al dragón?


Mira, la mano del Señor no se queda corta para salvar ni es duro de oído para oír;


estamos como antaño, cuando no nos gobernabas y no llevábamos tu nombre.


Cuando recibía tus palabras, las devoraba, tu palabra era mi gozo y mi alegría íntima, yo llevaba tu nombre, Señor, Dios de los ejércitos.


Porque Israel y Judá no son viudas de su Dios, el Señor de los ejércitos, mientras que el país caldeo es deudor del Santo de Israel.


al oír desde lejos el grito de auxilio de la capital: ¿No está el Señor en Sión, no está allí su Rey? ¿No me irritaron con sus ídolos, ficciones importadas?


¿Por qué te olvidas siempre de nosotros y nos tienes abandonados por tanto tiempo?


Perímetro de la ciudad: nueve kilómetros. Desde entonces la ciudad se llamará 'el Señor está allí'.


¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me escuches; te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves?


yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella -oráculo del Señor- .


Así dice el Señor de los ejércitos: Volveré a Sión, habitaré en medio de Jerusalén: Jerusalén se llamará Villafiel; el monte del Señor de los ejércitos, Montesanto.


El Señor dijo a Moisés: ¿Tan mezquina es la mano de Dios? Ahora verás si se cumple mi palabra o no.


para que los demás hombres busquen al Señor, con todas las naciones que llevan ya mi nombre:


¿son compatibles el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo de Dios vivo, así lo dijo él: Habitare y caminaré con ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo.'


Porque el Señor, tu Dios, anda por el campamento para darte la victoria y entregarte al enemigo; tu campamento ha de estar santo, para que el Señor no vea nada vergonzoso y no se aparte de ti.


así verán todos los pueblos déla tierra que se ha invocado sobre ti el nombre del Señor, y te temerán.


La conducta sea desinteresada, conformándose con lo que uno tiene, pues él ha dicho: 'Nunca te dejaré, nunca te abandonaré”.


Y oí una voz potente que decía desde el trono: Esta es la morada de Dios con los hombres; él habitará con ellos y ellos serán su pueblo; Dios en persona estará con ellos y será su Dios.


Por el honor de su nombre ilustre, el Señor no rechazará a su pueblo, porque el Señor se ha dignado hacer de ustedes su pueblo.


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