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Jeremías 12:4 - Nueva Biblia Española (1975)

4 ¿Hasta cuándo hará duelo la tierra y se agostará la hierba del campo? Por la maldad de sus habitantes se escapan el ganado y las aves del cielo, pues dicen: 'No ve nuestras andanzas'.

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Biblia Reina Valera 1960

4 ¿Hasta cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los ganados y las aves; porque dijeron: No verá Dios nuestro fin.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¿Hasta cuándo tendrá que llorar esta tierra? Incluso la hierba de los campos se ha marchitado. Los animales salvajes y las aves han desaparecido debido a la maldad que hay en la tierra. Pues la gente ha dicho: «¡El Señor no ve nuestro futuro!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¿Hasta cuándo estará de luto el país? ¿Permanecerá seco el pasto de los campos? Aves y bestias ya han perecido por causa de la maldad de los hombres, pues ellos dicen: 'Dios no ve nuestra conducta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿Hasta cuándo estará de luto la tierra, Y se marchitará la hierba del campo? Por la maldad de los que la habitan escasean el ganado y las aves, Y dicen: Él no ve nuestras andanzas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿Hasta cuándo hará duelo el país y estará la hierba de todo el campo reseca? Por la maldad de sus habitantes, bestias y aves desaparecieron. Pero dicen ellos: 'No ve nuestros caminos'.

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Jeremías 12:4
22 Tagairtí Cros  

la tierra fértil en marismas, por la depravación de sus habitantes.


esto haces, ¿y me voy a callar?, ¿crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara'.


Languidece y descaece la tierra, desfallece y descaece el orbe, desfallecen el cielo y la tierra,


Por eso la maldición se ceba en la tierra y lo pagan sus habitantes, por eso se consumen los habitantes de la tierra y quedan hombres contados.


la dejaron desolada, yerma, ¡qué desolación! Todo el país desolado, ¡y a nadie le importaba!


Se enluta Judá, desfallecen sus puertas, se inclinan sombrías, Jerusalén lanza gritos.


El país está lleno de adulterios, y por ellos hace duelo la tierra, se agostan los pastos de la estepa, su curso es perverso, su poder un abuso;


miro: no hay hombres, las aves del cielo han volado;


la tierra guardará luto, el cielo arriba se ennegrecerá; lo dije y no me arrepiento, lo pensé y no me vuelvo atrás.


Sus profetas son viento, no tienen palabras del Señor, por eso así dice el Señor, Dios de los ejércitos:


los profetas profetizan embustes, los sacerdotes dominan por la fuerza, y mi pueblo tan contento. ¿Qué harán en el desenlace?


Por eso así dice el Señor: Miren, mi ira y cólera se derraman sobre este lugar, sobre hombres y ganados, sobre el árbol silvestre, sobre el fruto del suelo, y arden sin apagarse.


Sobre los montes entonaré endechas, en los pastos de la estepa elegías: Están requemadas, nadie transita, no se oye mugir el ganado, aves del cielo y bestias se han escapado.


Y de esto, ¿no les tomaré cuentas? -oráculo del Señor- . De un pueblo semejante, ¿no he de vengarme yo mismo?


Por eso gime el país y desfallecen sus habitantes: hasta las fieras salvajes, hasta las aves del cielo, incluso los peces del mar desaparecen.


¡Cómo muge el ganado, está inquieta la vacada, porque no quedan pastos, y las ovejas lo pagan!


dijo: El Señor ruge desde Sión, alza la voz desde Jerusalén, y aridecen las majadas de los pastores, se seca la cumbre del Carmelo.


Aunque la higuera no echa yemas y las cepas no dan fruto, aunque el olivo se niega a su tarea y los campos no dan cosechas, aunque se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo;


Entonces el ángel del Señor dijo: Señor de los ejércitos, ¿cuándo te vas a compadecer de Jerusalén y de los pueblos de Judá? Ya hace setenta años que estás airado contra ellos.


Sabemos bien que hasta el presente la humanidad entera sigue lanzando un gemido universal con los dolores de su parto.


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