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Génesis 32:12 - Nueva Biblia Española (1975)

12 Tú me dijiste: Te daré bienes, haré tu descendencia como la arena innumerable de la playa'.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero tú me prometiste: “Ciertamente te trataré con bondad y multiplicaré tus descendientes hasta que lleguen a ser tan numerosos como la arena a la orilla del mar, imposibles de contar”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Líbrame de las manos de mi hermano, de las manos de Esaú; no sea que que venga y mate a todos, a la madre con sus hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero Tú mismo dijiste: De cierto te haré bien y pondré tu descendencia como la arena del mar,° que por ser tanta no se puede contar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, pues temo que llegue y me ataque, y no perdone a la madre ni a los hijos.

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Génesis 32:12
14 Tagairtí Cros  

te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.


Los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Nos acercamos a tu hermano Esaú, y él salió a nuestro encuentro con cuatrocientos hombres.


Israelitas y judíos eran numerosos, como la arena de la playa. Tenían qué comer y qué beber y podían descansar.


Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: 'Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a su descendencia, para que la posea siempre'.


El número de los israelitas llegará a ser como la arena de la playa, que ni se mide ni se cuenta, y en lugar de llamarlos Nopueblomío, los llamarán Hijos de Dios vivo.


Dios no miente como el hombre ni se arrepiente a lo humano. ¿Puede decir y no hacer, puede prometer y no cumplir?


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


si le somos infieles, él permanece fiel, porque negarse a sí mismo no puede.


que se apoya en la esperanza de vida eterna. Dios, que no miente, había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales;


Así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos, como los astros del cielo y como la arena incontable de la orilla del mar


y como Dios quería demostrar perentoriamente a los herederos de la promesa lo irrevocable de su decisión, interpuso un juramento.


El Campeón de Israel no miente ni se arrepiente, porque no es un hombre para arrepentirse.


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