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Génesis 26:12 - Nueva Biblia Española (1975)

12 Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año cosechó el céntuplo, porque le bendijo el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Cuando Isaac sembró sus cultivos ese año, cosechó cien veces más grano del que había plantado, porque el Señor lo bendijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Isaac sembró en aquella tierra y cosechó aquel año el ciento por uno. Yavé lo bendijo

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Sembró Isaac en aquella tierra, y aquel mismo año cosechó ciento por uno, porque YHVH lo bendijo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Sembró Isaac en aquel país y cosechó aquel año ciento por uno. Yahveh lo bendijo

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Génesis 26:12
18 Tagairtí Cros  

Abrahán era viejo, de edad avanzada, y el Señor lo había bendecido en todo.


El Señor ha bendecido inmensamente a mi patrón y le ha hecho rico; le ha dado ovejas y vacas, oro y plata, servidores y sirvientas, camellos y burros.


Muerto Abrahán, Dios bendijo a su hijo Isaac, y éste se estableció en 'Pozo del que vive y ve'.


No nos harás mal alguno, pues nosotros no te hemos atacado, te hemos tratado siempre bien y te hemos dejado ir en paz. Y el Señor te bendiga.


reside en este país: estaré contigo y te bendeciré, pues a ti y a tus descendientes daré estas tierras, cumpliendo el juramento que hice a Abrahán, tu padre.


Lo poco que tenías antes ha crecido inmensamente, porque el Señor te ha bendecido por mi causa; es hora de que haga algo también por mi familia.


El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio; sus posesiones fueron catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil burras.


La tierra ha dado su cosecha, nos bendice el Señor, nuestro Dios.


Que abunden las mieses del campo y ondeen en lo alto de los montes; que den fruto como el Líbano y broten las espigas como hierba del campo;


Hace prosperar la bendición divina, y nada le añade nuestra fatiga.


De mañana siembra tu semilla y a la tarde no cruces los brazos, pues no sabes cuál de las dos siembras resultará o si las dos tendrán igual éxito.


Sembrarán tranquilos, la cepa dará su fruto, la tierra dará su cosecha, el cielo dará el rocío; todo se lo lego al resto de este pueblo.


El que recibió la semilla en tierra buena es ese que escucha el mensaje y lo entiende; ése sí da fruto y produce en un caso ciento, en otro sesenta, en otro treinta.


Otros cayeron en tierra buena y fueron dando grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.


Otros granos cayeron en la tierra buena: fueron dando fruto, brotando y creciendo, y producían uno treinta, uno sesenta, uno ciento.


Yo planté, Apolo regó, pero era Dios quien hacía crecer;


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