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Esdras 9:6 - Nueva Biblia Española (1975)

6 diciendo: Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza y nuestra culpa llega al cielo.

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Biblia Reina Valera 1960

6 y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Hice la siguiente oración: «Oh Dios mío, estoy totalmente avergonzado; me da vergüenza elevar mi rostro a ti. Pues nuestros pecados se han amontonado tanto que son más altos que nosotros, y nuestra culpa llega a los cielos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 y le dije: 'Estoy tan avergonzado y confundido que no me atrevo a levantar mi cara hacia ti, Dios mío. Nuestras faltas se han acumulado de tal forma que han sobrepasado nuestras cabezas, y nuestro pecado ha subido hasta el Cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 y le dije: ¡Oh Dios mío, estoy confuso y avergonzado para elevar mi rostro ante ti, Dios mío, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de nuestra cabeza y nuestros delitos han crecido hasta los cielos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 y dije: '¡Dios mío! Me siento avergonzado y confuso al levantar, oh Dios mío, mi rostro hacia ti. Porque nuestras iniquidades se han multiplicado hasta por encima de nuestras cabezas, y nuestro pecado ha crecido hasta el cielo.

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Esdras 9:6
27 Tagairtí Cros  

Los habitantes .de Sodoma eran unos malvados y pecaban gravemente contra el Señor.


si en el país donde vivan deportados reflexionan y se convierten, y en el país de los vencedores te suplican, diciendo: 'Hemos pecado, hemos faltado, somos culpables';


Había allí un profeta del Señor llamado Oded. Cuando el ejército volvía a Samaria, salió a su encuentro y les dijo: El Señor, Dios de sus padres, indignado con Judá lo puso en sus manos. Pero la saña con que ustedes los han matado clama al cielo.


Después de todo lo que nos ha ocurrido por nuestras malas acciones y nuestra grave culpa -aunque tú, Dios nuestro, has estimado por lo bajo nuestros delitos y nos has dejado salir con vida-,


Señor, Dios de Israel, este resto que hoy sigue con vida demuestra que eres justo. Nos presentamos ante ti como reos, pues después de lo ocurrido no podemos enfrentarnos contigo.


ten los ojos abiertos y los oídos atentos a la oración de tu siervo, la oración que día y noche te dirijo por tus siervos, los israelitas, confesando los pecados que los israelitas hemos cometido contra ti, incluidos yo y mi familia.


Me siento pequeño, ¿qué replicaré? Me taparé la boca con la mano;


por eso me retracto y me arrepiento echándome polvo y ceniza.


mis culpas sobrepasan mi cabeza, son un peso superior a mis fuerzas;


mis llagas están podridas y supuran, debido a mi insensatez;


Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro.


Entonces, vengan, y litigaremos -dice el Señor-. Aunque sus pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana.


Porque nuestros crímenes contra ti son muchos, y nuestros pecados nos acusan; tenemos presentes nuestros crímenes y reconocemos nuestras culpas:


Faltaban los aguaceros, no venían las lluvias, y tú, ramera desfachatada, no sentías vergüenza.


si me alejé, después me arrepentí, y al comprenderlo me di golpes de pecho; me sentía corrido y avergonzado de soportar el oprobio de mi juventud.


hemos tratado a Babilonia y no se cura, déjenla, vamos cada uno a nuestra tierra; su condena llega al cielo, alcanza a las nubes;


¿Se avergüenzan cuando cometen abominaciones? Ni se avergüenzan ni conocen el sonrojo; pues caerán con los demás caídos, tropezarán el día de la cuenta -lo ha dicho el Señor-.


¿Se avergüenzan cuando cometen abominaciones? Ni se avergüenzan ni conocen el sonrojo; . pues caerán con los demás caídos, tropezarán el día de la cuenta -oráculo del Señor- .


nosotros nos hemos rebelado pecando, y tú no nos has perdonado;


para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste -oráculo del Señor- .


Confesarán su culpa y la de sus padres: de haberme sido infieles y haber procedido obstinadamente contra mí;


El hijo empezó: Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.


El recaudador, en cambio, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; no hacía más que darse golpes de pecho diciendo: '¡Dios mío!, ten compasión de este pecador'.


Y ¿qué salían ganando entonces de aquello, que ahora reconocen funesto? Porque eso lleva a la muerte.


porque sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus crímenes.


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