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Daniel 12:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Entonces se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo; todos los inscritos en el libro.

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Biblia Reina Valera 1960

1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 »En ese tiempo se levantará Miguel, el arcángel que hace guardia sobre tu nación. Entonces habrá un tiempo de angustia, como no lo hubo desde que existen las naciones. Sin embargo, en ese momento, cada uno de tu pueblo que tiene el nombre escrito en el libro será rescatado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe, que defiende a los hijos de tu pueblo; porque será un tiempo de calamidades como no lo hubo desde que existen pueblos hasta hoy en día. En ese tiempo se salvará tu pueblo, todos los que estén inscritos en el Libro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo, y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces. Pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el rollo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 'En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe, el defensor de los hijos de tu pueblo; será un tiempo de angustia, cual no lo ha habido desde que existen las naciones hasta entonces. En aquel tiempo se salvará tu pueblo, todos los que estén inscritos en el libro.

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Daniel 12:1
48 Tagairtí Cros  

Anota en tu libro mi vida errante, recoge mis lágrimas en tu odre.


sean borrados del registro de los vivos, no sean inscritos con los honrados.


A los que queden en Sión, a los restantes en Jerusalén, los llamarán santos: los inscritos en Jerusalén entre los vivos.


El Señor ha lanzado una amenaza contra Jacob, ha alcanzado a Israel;


Y tú, siervo mío, Jacob, no temas; no te asustes, Israel -oráculo del Señor- , que yo te salvaré del país remoto y a tu descendencia del destierro; Jacob volverá y descansará, reposará sin alarmas,


¡Ay! Aquel día será grande y sin igual, hora de angustia para Jacob. Pero saldrá de ella.


Extenderé mi mano contra los profetas visionarios falsos y adivinos de embustes; no tomarán parte en el consejo de mi pueblo, ni serán inscritos en el censo de la casa de Israel, ni entrarán en la tierra de Israel, y sabrán que yo soy el Señor.


Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David, príncipe en medio de ellos. Yo, el Señor, lo he dicho.


Por tus abominaciones, haré en ti cosas que jamás hice ni volveré a hacer.


El príncipe del reino de Persia me opuso resistencia durante veintiún días; Miguel, uno de los príncipes supremos, vino en mi auxilio; por eso me detuve allí junto a los reyes de Persia.


Nadie me ayuda en mis luchas si no es su príncipe, Miguel.


Plantará su pabellón entre el mar y Perla de la Santa Montaña'. Se aproxima a su fin y nadie lo defenderá.


Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.


Cumplió la palabra que pronunció contra nosotros y contra los jefes que nos gobernaban, enviándonos una calamidad -la que sucedió en Jerusalén como no ha sucedido bajo el cielo.


día de oscuridad y tinieblas, día de nubes y nubarrones; como crepúsculo que se extiende sobre los montes es el ejército denso y numeroso; no hubo semejante ni se volverá a repetir por muchas generaciones.


Así comentaban entre sí los fieles del Señor, el Señor atendió y lo oyó. Ante él se escribía un libro de memorias: 'Fieles del Señor que estiman su nombre'.


porque habrá entonces una angustia tan grande, como no la ha habido desde que el mundo es mundo ni la habrá nunca más.


porque aquellos días serán una angustia como no la ha habido igual hasta ahora desde que empezó este mundo que Dios creó, ni la habrá nunca más,


Sin embargo, no sea su alegría que se les someten los espíritus; sea su alegría que sus nombres están escritos en el cielo.


Porque si excluirlos a ellos ha supuesto reconciliación para el mundo, ¿qué será el acogerlos, sino un volver de muerte a vida?


entonces todo Israel se salvará, como dice la Escritura: Llegará de Sión el libertador, para expulsar de Jacob los crímenes;


por encima de toda soberanía y autoridad y poder y dominio, y de todo título reconocido no sólo en esta edad, sino también en la futura.


por supuesto, a ti en particular, fiel compañero, te pido que las ayudes, pues ellas lucharon a mi lado por el evangelio, con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están escritos en el registro de los vivos'.


El arcángel Miguel, cuando reñía con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a echarle una maldición, dijo solamente: 'Que el Señor te reprima”.


y de parte de Jesús el Mesías, el testigo fidedigno, el primero en nacer de la muerte y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y con su sangre nos rescató de nuestros pecados,


En el cielo se trabó una batalla. Miguel y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles,


Le rendirán homenaje todos los habitantes de la tierra, excepto aquellos cuyos nombres están escritos desde que empezó el mundo en el registro de los vivos que tiene el Cordero degollado.


Combatirán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá porque es Señor de señores y Rey de reyes, y los llamados a acompañarlo son escogidos y fieles' .


Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono de Dios. Se abrieron unos libros y abrieron luego un libro aparte, el registro de los vivos'. Juzgaron a los muertos por sus obras, según lo escrito en los libros.


Y a todo el que no estaba escrito en el registro de los vivos lo arrojaron al lago de fuego.


EL que salga vencedor se vestirá de blanco y no borraré su nombre del registro' de los vivos, pues ante mi Padre y sus ángeles reconoceré su nombre.


Yo le respondí: 'Señor mío, tú lo sabrás'. El me contestó: 'Esos son los que han salido de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero,


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