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2 Samuel 14:12 - Nueva Biblia Española (1975)

12 Mujer.-¿Puedo añadir una palabra al rey, mi señor? Rey.-Habla.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y la mujer dijo: Te ruego que permitas que tu sierva hable una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 —Por favor, permítame preguntar una cosa más a mi señor el rey —dijo ella. —Adelante, habla —respondió él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 La mujer retomó la palabra diciendo: 'Permítale el señor rey a su sirvienta decir todavía una palabra'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y la mujer dijo: Permite, te ruego, que tu sierva hable una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 La mujer añadió: 'Permite a tu sierva que diga a mi señor el rey aún una palabra'. Él contestó: 'Habla'.

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2 Samuel 14:12
10 Tagairtí Cros  

Abrahán respondió: Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza.


Abrahán continuó: Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más. ¿Y si se encuentran diez? Contestó el Señor: En atención a los diez no la destruiré.


Entonces Judá se acercó y dijo: Permite a tu siervo hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres tú como el Faraón.


Mujer.-Que el rey pronuncie el nombre del Señor, su Dios, para que el vengador de la sangre no aumente el daño acabando con mi hijo! Rey.-¡Vive Dios, no caerá atierra un pelo de tu hijo!


Mujer.-Con lo que acabas de decir, te condenas a ti mismo, porque al no dejar que vuelva el desterrado estás atentando contra el pueblo de Dios.


Joab se le acercó y ella preguntó: ¿Eres tú Joab? El dijo: Sí. Y ella entonces: Escucha las palabras de tu servidora. Joab respondió: Te escucho.


Y añadió: Tengo que decirte una cosa. Betsabé contestó: Dila.


Aunque tú, Señor, llevas la razón cuando discuto contigo, quiero proponerte un caso: ¿Por qué prosperan los malvados y viven en paz los traidores?


Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar en tu descargo. Pablo, extendiendo la mano, empezó su defensa:


Postrada a sus pies, le dijo: La culpa es mía, señor. Pero deja que hable tu servidora, escucha las palabras de tu servidora.


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