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2 Samuel 1:12 - Nueva Biblia Española (1975)

12 Hicieron duelo, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor, por la casa de Israel, porque habían muerto a espada.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Hicieron duelo, lloraron y ayunaron todo el día por Saúl y su hijo Jonatán, también por el ejército del Señor y por la nación de Israel, porque ese día habían muerto a espada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Se lamentaron mucho, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y su hijo Jonatán, por el pueblo de Yavé y por la casa de Israel que habían perecido a espada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 E hicieron duelo y lloraron y ayunaron hasta la tarde por Saúl y por su hijo Jonatán, y por el pueblo de YHVH° y por la casa de Israel, porque habían caído por la espada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Luego hicieron duelo con lloros y ayunos hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo de Yahveh y por la casa de Israel, porque habían caído al filo de la espada.

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2 Samuel 1:12
10 Tagairtí Cros  

Todos siguieron llorándolo y luego se llegaron a David para obligarlo a comer mientras fuera de día, pero David juró: ¡Que Dios me castigue si antes de ponerse el sol pruebo pan o lo que sea!


Si cae tu enemigo, no te alegres; si tropieza, no lo celebres,


¡Quién diera agua a mi cabeza y a mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar día y noche a los muertos de la capital!


beben vino en copas, se ungen con perfumes exquisitos y no se duelen del desastre de José.


Pues yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por los que los persiguen,


¿Quién enferma sin que yo enferme? ¿Quién cae sin que a mí me dé fiebre?


En fin, tengan todos la misma actitud y sean compasivos, con afecto de hermanos, buen corazón y humildad.


Recogieron los huesos, los enterraron bajo el tamarindo de Yabés y celebraron un ayuno de siete días.


Así murieron Saúl, tres hijos suyos, su escudero y los de su escolta, todos el mismo día.


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