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1 Samuel 24:12 - Nueva Biblia Española (1975)

12 Que el Señor sea nuestro juez. Y que él me vengue de ti; que mi mano no se alzará contra ti.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Juzgue Jehová entre tú y yo, y véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 »Que el Señor juzgue entre nosotros. Tal vez el Señor lo castigue por lo que intenta hacer, pero yo nunca le haré daño.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Mira, padre mío, mira el trozo de tu manto que tengo en la mano. Cuando corté ese pedazo del manto, podría haberte matado. Reconoce entonces que no hay en mí ni malicia ni maldad; yo no te he hecho daño, tú en cambio me buscas para matarme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¡Juzgue YHVH entre tú y yo, y que YHVH me vengue de ti! Pero mi mano no será contra ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Mira, padre mío; mira en mi mano la orla de tu manto. Yo te la corté, pero no te maté. Reconoce y mira que no hay en mí maldad ni rebeldía. Yo no he pecado contra ti; no obstante, tú andas a la caza de mi vida para quitármela.

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1 Samuel 24:12
17 Tagairtí Cros  

Entonces Saray dijo a Abrán: Tú eres responsable de esta injusticia; yo he puesto en tus brazos a mi esclava, y ella, al verse encinta, me pierde el respeto. Sea el Señor nuestro juez.


El Dios de Abrahán y el Dios de Najor (Dios de sus padres) será nuestro juez.


el Dios que me dio el desquite y me sometió los pueblos;


Este salió a su encuentro y les dijo: Si vienen en son de paz, para ayudarme, yo iré de acuerdo con ustedes; pero si vienen para entregarme a mis enemigos, no siendo yo un criminal, que el Dios de nuestros padres nos examine y juzgue.


Yo que tú, acudiría a Dios para poner mi causa en sus manos.


Pleitea tú, Señor, con los que me ponen pleito, combate tú con los que me combaten;


Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa contra gente desleal, sálvame del hombre traidor y malvado.


Dios justiciero, Señor, Dios justiciero, resplandece.


Amigos, no se tomen la venganza, dejen lugar al castigo, porque dice el Señor en la Escritura: 'Mía es la venganza, yo daré lo merecido”.


cuando lo insultaban no devolvía el insulto, mientras padecía no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga rectamente.


clamaban a grandes voces: Tú, el soberano, el santo y fiel, ¿para cuándo dejas el juicio de los habitantes de la tierra y la venganza de nuestra sangre?


Así que yo no te he faltado. Eres tú quien me ofende declarándome la guerra. ¡Que el Señor sentencie hoy como juez entre israelitas y amonitas!


David huyó del convento de Rama y fue a decirle a Jonatán: ¿Qué he hecho, cuál es mi delito y mi pecado contra tu padre para que intente matarme?


El Señor sea juez y sentencie nuestro pleito, vea y defienda mi causa, librándome de tu mano.


El Señor pagará a cada uno su justicia y su lealtad. Porque él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor.


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