Yo, Pablo, les escribo estos saludos de mi puño y letra.
Yo, Pablo, os escribo esta salutación de mi propia mano.
Este es mi saludo de puño y letra: Pablo.
El saludo es de mi puño y letra: Pablo.
La salutación va de mi propia mano: Pablo.
Mi saludo de puño y letra; Pablo.
La salutación de Pablo, de mi propia mano.
Yo, Tercio, que estoy escribiendo esta carta dictada por Pablo, también los saludo en el Señor.
Les escribo esta carta de mi puño y letra, ¡y con letras bien grandes! Para resaltar la importancia de lo que les estoy escribiendo.
Bueno, yo Pablo, los saludo de mi propio puño y letra, no se olviden de mis cadenas. Que la gracia sea con ustedes.
Yo Pablo, les escribo este saludo de mi puño y letra, este es mi distintivo cuando escribo una carta:
Yo Pablo, te escribí con mi propia mano, te pido cordialmente, para no decirte que tú mismo me debes demasiado.